Repelentes: expertos del CONICET aconsejan sobre su uso para prevenir picaduras de mosquitos
Los especialistas del Laboratorio de Patología de Insectos Vectores del Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE, CONICET-UNLP), Juan José García y Laura Harburguer, han proporcionado valiosas recomendaciones sobre el uso efectivo de repelentes para contrarrestar las picaduras de mosquitos, en medio de la reciente proliferación de estos insectos en Buenos Aires, AMBA y regiones adyacentes.
García enfatiza que los repelentes disponibles en el mercado, ya sean en aerosol, spray, gel o crema, con los activos DEET, IR3535, o Icaridina, ofrecen una efectividad similar, por lo que sugiere orientarse por el precio. Asegura que la clave radica en seguir detenidamente las indicaciones de uso en el envase para maximizar su eficacia.
Por su parte, Harburguer destaca la relevancia del DEET como el componente más efectivo, y menciona que el porcentaje de este ingrediente determina la duración del efecto repelente en la piel. Explica que concentraciones más altas garantizan una mayor protección, alcanzando hasta 10 horas con un 30% de DEET, mientras que el IR3535 y la Icaridina, presentes en un 20%, ofrecen protección por períodos de 6 a 9 horas respectivamente.
Ambos expertos coinciden en la importancia de considerar la duración de la exposición al aire libre y el nivel de sudoración al elegir el producto adecuado. Asimismo, subrayan la necesidad de seguir las instrucciones del fabricante para una aplicación efectiva.
En cuanto a su utilización en niños, Harburguer recomienda evitar repelentes con DEET, IR35 o Icaridina en menores de un año, sugiriendo aquellos con citronela, aunque advierte que su efectividad es menor y requiere aplicaciones más frecuentes.
Refiriéndose a la historia de los repelentes, Harburguer rememora el uso ancestral de cenizas de árboles como repelente espacial y destaca la evolución hacia las piretrinas en el siglo XIX. Menciona la aparición posterior de sustancias sintéticas como los piretroides y el DEET en los años 50, marcando hitos en el desarrollo de repelentes modernos.
Por último, los especialistas hacen hincapié en la correcta aplicación del repelente, evitando su contacto directo con la piel o los ojos para prevenir irritaciones. Advierten sobre la ineficacia de los remedios caseros alternativos y desaconsejan pulverizar productos de exterminio de mosquitos en telas por su alto contenido de insecticidas.
En el ámbito doméstico, sugieren el uso de medios físicos como mosquiteros y repelentes espaciales, reservando el empleo de repelentes para actividades al aire libre, aunque lamentan su necesidad en estas circunstancias.
Los expertos enfatizan la importancia de seguir las recomendaciones para un uso seguro y efectivo de los repelentes, brindando pautas valiosas para enfrentar la problemática de las picaduras de mosquitos en la actualidad.
