Según esta entidad, los gases de efecto invernadero han alcanzado niveles récord, incrementando la probabilidad de que el año 2023 se convierta en el más caluroso de la historia.
Petteri Taalas, director de la OMM, destacó que tanto los gases de efecto invernadero como las temperaturas globales y el adelgazamiento de la banquisa en la Antártida están marcando cifras históricas. Estas declaraciones alarmantes han sido realizadas desde Ginebra, Suiza, justo en el marco de la inauguración de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático en Dubai, Emiratos Árabes Unidos. Este contexto genera una gran incertidumbre en torno al desafío de transición energética que enfrentamos.
Científicos especializados advierten sobre la pérdida progresiva de la capacidad para controlar el calentamiento global, una preocupación expresada también por António Guterres, Secretario General de la ONU, quien ha instado a los líderes mundiales a tomar acciones contundentes ante estos récords de temperatura. Guterres destacó que estas cifras récord no son simplemente estadísticas, sino que acarrean consecuencias socioeconómicas dramáticas, incluyendo la reducción de la seguridad alimentaria y migraciones masivas.
El llamado a la acción es claro: se necesita una respuesta inmediata y decidida por parte de los líderes reunidos en Dubai. Guterres propone eliminar progresivamente los combustibles fósiles y triplicar la capacidad de las energías renovables como medidas esenciales para frenar el cambio climático. Es fundamental recordar que en la crucial COP21 de París en 2015 se estableció el objetivo de limitar el calentamiento global a menos de 2 ºC con respecto a la era preindustrial, idealmente buscando limitar el aumento a 1,5 ºC.
Aunque el informe final sobre el estado del clima por parte de la OMM se espera en unos meses, ya se vislumbra que 2023 será uno de los años más calurosos de la historia, superando incluso marcas anteriores. La OMM ha adelantado que, basándose en las temperaturas de enero a octubre, el año actual se posicionará en la cima de los años más calientes, superando registros anteriores como los de 2016 y 2020.
Las advertencias de Petteri Taalas son claras y contundentes: si no actuamos con prontitud, corremos el riesgo de perder la carrera por preservar nuestros glaciares y detener el incremento del nivel del mar. El llamado a la acción es urgente; debemos tomar medidas concretas ahora mismo para limitar los riesgos de un clima cada vez más inhóspito tanto en este siglo como en los venideros.
