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Compost en casa: cómo hacerlo y por qué es bueno para el medio ambiente

El compostaje permite reducir el volumen de residuos, obtener un abono natural propio reduciendo el impacto ambiental y utilizar menos agua. Te contamos cómo hacerlo en el patio de tu casa.

Alrededor de un tercio de los alimentos producidos en todo el mundo se desperdicia y gran parte termina en basurales, donde se convierte en una fuente de metano, un gas de efecto invernadero 25 veces más potente que el dióxido de carbono. Para eliminar los residuos orgánicos hay una solución que casi cualquiera puede hacer: el compostaje.

El compostaje convierte la basura en descomposición en un valioso mejorador del suelo que ayuda a las plantas a prosperar. Los agricultores lo llaman “oro negro”. Y ya sea creando abono en el patio o en una instalación comunitaria, los expertos dicen que esto reduce la basura y, en cierta medida, ayuda a combatir el cambio climático.

“No le tengas miedo. Es relativamente fácil. Se pueden cometer errores, pero de estos se aprende y se corrigen fácilmente”, aconseja Bob Rynk, autor principal de The Composting Handbook (“El manual del compost”) y profesor emérito del Colegio de Agricultura y Tecnología de la Universidad Estatal de Nueva York en Cobleskill.

¿Cómo funciona el compost?

Los alimentos se convierten en abono a través del arduo trabajo de pequeños microorganismos como bacterias, hongos y protozoos que requieren las mismas cosas que nosotros: aire, agua, alimento y abrigo.

A pequeña escala, en el patio de casa o en el balcón, el compost debe constar de tres cosas: restos de comida, agua y material leñoso seco, como recortes de jardín u hojas rastrilladas. Estos últimos, llamados con frecuencia «marrones» o «secos» tienen un alto contenido de carbono. Los restos de comida se llaman “verdes” o «húmedos» y tienen un alto contenido de nitrógeno. Un contenedor de compost normalmente debe tener el doble de marrones que de verdes.

Además de evitar que el compostaje se convierta en un desastre, los marrones son más voluminosos y crean espacio para que el oxígeno se mueva por todo el recipiente. Ese oxígeno ayuda a los pequeños microbios a descomponer los desechos de alimentos a través de un proceso llamado digestión aeróbica.

En los basurales, las pilas profundas de basura evitan que el oxígeno llegue a los alimentos y estos, en cambio, son descompuestos por microbios que pueden sobrevivir sin aire y es esa digestión anaeróbica lo que produce metano.

En contraste, los microbios aeróbicos descomponen los desechos (primero, los compuestos azucarados más fáciles, después las proteínas y las grasas, y finalmente la fibra) que emiten dióxido de carbono, que también es un gas de efecto invernadero, pero menos potente que el metano.

Los microbios también emiten calor y en un recipiente grande y bien manejado la temperatura puede alcanzar más de 54° C, suficiente para matar patógenos. No es necesario exponer el contenedor al sol.

El compost fresco que queda después de varios meses atraviesa un estado de descomposición más lento; es rico en microorganismos y nutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio.

¿Cómo hacer compost en casa?

En el hogar, se debe revolver o mezclar el compost periódicamente y mantenerlo húmedo. Ambos pasos acelerarán el proceso de descomposición. La agitación permite que el oxígeno llegue a todos los rincones y la humedad asegura la supervivencia de los microorganismos, que necesitan de ella para vivir.

De hecho, la razón más común por la que los contenedores de compost en el patio o en el balcón no tienen éxito es porque están demasiado secos. Pero, tené cuidado con ahogar el compost; con agregar más verdes, que contienen humedad, puede ser suficiente. Otra opción es rociar agua suavemente sobre el compost.

No todos los restos de comida se recomiendan para generar abono en casa. Los restos de frutas y verduras suelen ser seguros para tirar en el compostaje, pero es más probable que la carne o los productos lácteos generen fuertes olores y atraigan plagas.

También contienen niveles más altos de grasa, que tardan más en descomponerse. Si bien no es raro ver roedores en un contenedor de abono, voltear la pila regularmente evita que se creen nidos y el abono se puede hacer de manera efectiva en contenedores cerrados.

¿Qué puedo agregar al compost?

  • Restos de verdura
  • Restos de fruta
  • Legumbres
  • Cáscaras de huevos
  • Restos de comida cocinada
  • Servilletas y papel
  • Cartón de huevos, se recomienda partirlo en pedazos
  • Césped
  • Hojas secas
  • Café molido
  • Yerba
  • Filtros de café
  • Arroz
  • Pastas
  • Pelusas
  • Pelo
  • Cartón
  • Ramitas
  • Astillas
  • Aserrín
  • Flores

¡Atención! No incluyas aceites, carne, pescado, huesos, productos químicos, aluminio, plástico, huevos.

Paso a paso: ¿Cómo hacer compost en un cajón de madera, maceta o caja de plástico?

Si optás por hacer una compostera en casa con cajón de madera los pasos son los siguientes:

Colocar una capa de material marrón de 2 cm (aserrín, hojas secas, papel, cartón)
Colocar una capa de material verde de 2 cm (pasto, restos de alimentos)
Es ideal agregar sobre la capa verde un activador de compost casero para acelerar la descomposición de materia orgánica: puede ser un purín de hierbas (se consigue dejando las hierbas en remojo durante 10 días)
Repetir el proceso de las capas hasta llegar a una altura de 70 cm
Tapar la pila de capas con un nylon para mantener la humedad de nuestro compostaje casero
Semanalmente mezclar la pila del compost para mantener la temperatura
Tip extra: si hay exceso de agua, colocar tiras de diario.

En tres meses tu compost casero va a estar listo.

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