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Y sí Messi… sos un perdedor, vos no ganaste nada

No nos merecemos este revés, Messi. En este país, donde no hay uno que haya «fracasado», todos te señalamos a vos que no ganaste nada.

 

Por Julio Moya

Este es el país en el que todo lo podemos. Vivimos abrumados por las necesidades de festejar, en un partido de fútbol, de sacarnos esa bronca diaria que nos aqueja.

Y vos, Messi, no escapás a la generalidad de la grieta que nos separa en el vasto territorio de las opiniones.

Aquí, donde los ganadores diarios se asocian al éxito, a su marca, al mejor auto, a la mejor casa, a la mejor pilcha, a su «bienestar».

Poco podemos ponderar de un médico de guardia que en la madrugada le salvó la vida a otra persona. Poco podemos decir del tipo que pasó corriendo y nos sacó las bolsas de basura de la puerta de casa. Messi, entonces, donde medimos los logros en otras categorías, con nuestras varas más disímiles, vos no ganaste nada. Porque no supimos disfrutarte en tus pasos a pasos.

Es decir, si no perdías esta final ante Chile (por penales, por penales) eras ese «muerto» que encierra en síntesis tu carrera. O no habías hecho un gol en los 90, o en el alargue. No vale de nada ni tu título con la Sub 20, ni tu medalla de oro olímpica.

Vos no ganaste nada, Messi. Porque el Barcelona es la lejanía de este país que se autodeclara el «más futbolero». Como si en el Barsa fueras otra especie, por portación de camiseta. No importan los 500 y pico de goles, ni todas las copas, ni los balones de oro. Y con la Selección, ahora con esta tercera final perdida, que si la ganabas era «inventada», porque no es la otra Copa América, es la «Centenario».

Excusas sobran Messi, siempre. Hay que seguir diciendo que no ganaste nada. Claro, no jugaste de titular los primeros partidos, entonces no hubiera valido nada. No hiciste goles en todos los partidos, entonces menos que menos. Sí metiste un triplete y te llevaste otra enésima pelota a tu casa, pero claro era Panamá. Esos «no existen», entonces no ganaste nada.

Messi, no nos merecés. Nosotros no merecemos tu derrota, porque estamos acostumbrados a esquivar cualquier fracaso. En este país somos todos ganadores.

Y encima erraste un penal (el que no erraste en la final anterior) y no cantás el Himno Nacional. Y seguís sin cantarlo. Pero no lo sentís, Messi.

Vos tenés la cabeza en «tu tierra», España. Aunque hace 20 años que hablás en «rosarino». Así que no ganaste nada.

Ya nadie habla de aquel pibito que se clavaba las jeringas en las piernas cuando era un nene con sueños de llegar. Nuestras valoraciones van por otros caminos. Claro, no ganaste otra final. ¿Y las anteriores? ¿Por qué no ganaste la de Chile, en Chile? ¿Por qué no ganaste la del Mundial en Brasil?

Es así, no ganaste nada. Sos goleador histórico del Barcelona, pero le hacés goles al «Granadina», a Levante, a Eibar. Se ve que los rivales también son la medida. Claro, habría que inventar una liga paralela y que jugués todos los partidos contra 11 Cristianos Ronaldos.

Por eso, no ganaste nada Messi. Ah, sos goleador histórico de la Selección Argentina y superaste al enorme Gabriel Batistuta. Pero ¿sabés qué Messi? ¿De qué sirve ese récord si erraste este maldito penal? Te hicieron un favorazo en la Copa y ya está, no ganaste nada.

Esto es así, así de simple. No hay manera de verlo de otra forma. Somos 40 millones de ganadores natos en nuestro laburo, como padres, como amigos, como novios, como maridos, como ciudadanos ilustres.

No salimos segundos ni en los picados del barrio. Estamos acostumbrados a ganar todos, menos vos. No estás a la altura de nuestra perfección, Messi.

Sabelo. Este país está lleno de ganadores de la vida que tienen todo el derecho de aún así, señalarte con el dedo, decírtelo en la cara, llamarte como se nos antoje, con la saña de siempre: «muerto».

Porque eso seguirás siendo hasta que no ganes una final con la Selección. Sí, porque jugás vos ahí, el resto no existe. Vos tenés que resolverlo todo, solucionarnos la vida a todos. Pero no, no hay caso. Sos un «loser».

Mientras tanto, trofeo en el bolsillo o no, así ganes los próximos tres mundiales juntos, tendremos cómo encontrarle la vuelta para decírtelo de nuevo: ¿Sabés qué Messi? Vos no ganaste nada. Así es Messi. En este país de ganadores natos, sos el único perdedor. Así somos, así seguiremos siendo.

 

 

Julio Moya

 

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