Qué puede pasar con los precios de la yerba mate tras un cambio clave que ya está vigente
Tras la eliminación de los valores de referencia, una medida en línea con las políticas de desregulación impulsadas por Milei, los precios de la yerba mate se encuentran en un nuevo escenario. Este cambio, que marca el fin de 22 años de regulación, ha despertado preocupaciones entre los consumidores sobre posibles repercusiones en los precios en las góndolas.
Por primera vez en más de dos décadas, los productores yerbateros han iniciado la temporada de cosecha sin un precio fijo para la hoja verde y la canchada (yerba seca, sin moler). El Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), históricamente encargado de establecer estos precios, ha visto mermadas sus competencias debido al decreto de necesidad y urgencia que desreguló parte de la economía.
A pesar de la incertidumbre, algunos especialistas sostienen que la desregulación no debería impactar significativamente en los precios al consumidor, al menos en el corto plazo. Argumentan que el valor del producto a la salida de molino ya ha sido ajustado tras la devaluación de diciembre pasado, y que el costo de la materia prima, la hoja verde, se mantiene en niveles similares, alrededor de los 370 pesos por kilo puesto en el secadero.
Referentes del sector yerbatero han expresado que, con los precios actuales del mercado, los industriales podrían asumir el costo demandado por los productores, que ronda los 500 pesos por kilo, sin necesidad de aumentar el precio final del producto en las góndolas.
Mariel Gabur, ministra de Industria, Trabajo y Comercio de Corrientes, también ha tratado de disipar los temores respecto a un aumento desmedido en los precios. Ha destacado que existe estabilidad en el mercado yerbatero, con precios que se mantienen en niveles aceptables, desestimando así las previsiones alarmistas que auguraban incrementos exorbitantes.
La funcionaria incluso ha relativizado la importancia de los precios fijados por el INYM, argumentando que dichos valores solo representan un mínimo y que, en realidad, los industriales tienen margen para pagar más a los productores sin afectar su rentabilidad.
Este cambio en la regulación ha sido precedido por tensiones entre los distintos actores de la cadena productiva. A fines del año pasado, el presidente Milei firmó el decreto 70/2023, que privó al INYM de su facultad para fijar los precios de referencia, generando preocupación entre los más de 10.000 pequeños productores de Misiones.
Este escenario ha avivado el debate sobre el futuro de la industria yerbatera, especialmente en un contexto donde se vislumbra una posible sobreproducción en los próximos años. Ante esta situación, los representantes de los chacareros han instado a remitir los antecedentes a la Secretaría de Agricultura para buscar una solución consensuada.
El secretario de Industria y Desarrollo Productivo de la Nación, Juan Alberto Pazo, ha aclarado que el decreto solo entrará en vigencia con la reglamentación correspondiente, manteniendo así la posibilidad de intervención del INYM en la fijación de precios hasta entonces.
