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Desafíos y Sueños Postergados: La Lucha de la Escuela Nº 90 de Juventud Unida

En Juventud Unida, la escuela Nº 90 se erige como un pilar fundamental para los niños y niñas que buscan acceder a una educación de calidad. Sin embargo, detrás de sus aulas y pasillos se esconde una problemática que afecta directamente a la comunidad educativa y a sus familias. La falta de infraestructura adecuada, la carencia de algunos servicios han sido parte de la realidad que los padres autoconvocados intentan visibilizar.

El terreno que alberga la escuela Nº 90 de Juventud Unida fue donado con una visión clara: brindar un espacio propicio para la educación de las generaciones venideras. No obstante, el obstáculo en forma de trámite burocrático se ha interpuesto en el camino. A pesar de la donación, el cambio de titularidad de las tierras sigue pendiente, lo que impide avanzar con mejoras y expansiones en la infraestructura educativa. La falta de acción estatal ha llevado a que la comunidad educativa se enfrente a dificultades que podrían haberse evitado.

El Salón de Usos Múltiples: En el corazón de la lucha de los padres y madres se encuentra un sueño no realizado: la construcción de un Salón de Usos Múltiples. Este espacio sería fundamental para que los estudiantes puedan desarrollar actividades extracurriculares, eventos escolares y encuentros comunitarios. A pesar de los años de insistencia y solicitud, este sueño continúa postergado debido a la falta de inversión estatal. La ausencia de un lugar adecuado para estas actividades limita las posibilidades de desarrollo integral de los niños y niñas de la escuela.

Más Allá de los Límites Geográficos: La igualdad de oportunidades en la educación es un principio fundamental. Sin embargo, los niños y niñas que residen fuera del ejido escolar enfrentan un desafío adicional. La falta de acceso al transporte escolar para estos estudiantes limita su capacidad de asistir a la escuela elegida y deseada por sus padres. La comunidad reclama un cambio en esta situación, buscando garantizar que todos los estudiantes tengan igualdad de condiciones para acceder a la educación.

La seguridad de los estudiantes es una prioridad indiscutible. El camino frente a la institución educativa es una vía transitada y representa un riesgo constante para los alumnos y alumnas. Los padres solicitan la implementación de un reductor de velocidad en la zona, con el objetivo de proteger a los niños y niñas de la escuela. Esta medida preventiva busca crear un entorno más seguro y propicio para el proceso educativo.

La escuela Nº 90 de Juventud Unida se enfrenta a desafíos que ponen en juego el derecho a una educación de calidad y segura para sus estudiantes. La lucha de los padres autoconvocados por una infraestructura adecuada, un Salón de Usos Múltiples, acceso equitativo al transporte escolar y seguridad vial, resalta la importancia de una comunidad unida en pos de un objetivo común: brindar a los niños y niñas las herramientas necesarias para construir un futuro mejor. Es hora de que las voces de Juventud Unida sean escuchadas y que los sueños postergados finalmente se conviertan en una realidad tangible.

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