De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), se anticipa un aumento significativo en las térmicas, especialmente en las regiones del norte y centro del país. Este pronóstico se enmarca en un contexto regional donde países vecinos como Brasil, Bolivia y Paraguay atraviesan una ola de calor extremo que ha tenido impacto en el norte argentino en días recientes.
La meteoróloga del SMN, Cindy Fernández, ha señalado que se espera un patrón de calor intenso, proyectándose temperaturas por encima de lo normal para los próximos tres meses, principalmente en el centro y norte de Argentina. Sin embargo, en las provincias de La Pampa y Buenos Aires, se esperan temperaturas normales a más cálidas de lo habitual.
En regiones como el Litoral, Córdoba y Santa Fe también se registrarán térmicas superiores a las normales, mientras que en las zonas de Cuyo y la Patagonia se mantendrán dentro de los promedios esperados para esta temporada.
Este pronóstico se acompaña de la posibilidad de una mayor frecuencia de temperaturas máximas extremadamente altas, especialmente en el extremo norte y noroeste del país. Esta situación climática, que se extiende desde el año pasado, parece agravarse, un fenómeno atribuido a los efectos del cambio climático, según ha subrayado la meteoróloga Fernández.
El norte argentino ha experimentado un intenso calor durante más de una semana, con registros récord de temperaturas en provincias como Salta, Formosa y Santiago del Estero. La capital de Formosa superó los 41 grados el sábado pasado, alcanzando una sensación térmica de 45 grados cerca de las 15 horas.
Por su parte, el Instituto Nacional de Meteorología de Brasil emitió un alerta rojo, calificando la situación como «muy peligrosa», con la previsión de temperaturas cinco grados por encima de lo normal durante al menos cinco días consecutivos.
Estos anuncios meteorológicos a nivel regional se suman a las proyecciones globales. La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) ha declarado con más del 99% de certeza que 2023 podría convertirse en el año más cálido registrado a nivel mundial. Esta predicción alarmante se presenta justo antes de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28) en Dubái, donde se discutirán temas cruciales sobre el futuro de los combustibles fósiles y su relación con el calentamiento global.
Septiembre fue el mes más caluroso en 174 años de registros globales, de acuerdo con la NOAA, y el Observatorio Europeo Copernicus confirmó este récord a principios de octubre.
El pronóstico trimestral del SMN indica una mayor probabilidad de lluvias superiores a lo normal en el Litoral y el este de Buenos Aires, advirtiendo sobre posibles eventos de precipitaciones intensas. En cambio, en zonas como el centro-oeste de Formosa y Chaco, así como en otras provincias, se esperan precipitaciones normales a superiores a las normales. Sin embargo, se prevé una disminución de lluvias en el NOA y el sur de Patagonia.
Este escenario meteorológico advierte sobre un verano intenso y sugiere la necesidad de estar atentos a las recomendaciones de los organismos de alerta temprana para hacer frente a posibles eventualidades climáticas extremas.
Es crucial que, ante este panorama, se refuercen las medidas de concientización sobre el cambio climático y se promuevan acciones orientadas a mitigar sus efectos en la sociedad y el medio ambiente.
El pronóstico climático para el próximo verano pinta un panorama desafiante, donde la precaución y la preparación se vuelven fundamentales para afrontar las condiciones climáticas extremas que se pronostican.
El calor extremo que estamos presenciando en diferentes regiones, tanto a nivel local como global, es un llamado urgente a la acción colectiva en la lucha contra el cambio climático.
