Argentina

Rafael Nahuel tenía 21 años «Era todo lo que podíamos soñar»

Primero fueron sus amigos quienes dieron algunas características de "Rafita" por las redes sociales pero poco después fue el dirigente Juan Grabois quien confirmó por Twitter que "Rafael Nahuel no era terrorista, no tenía 27 años ni usaba armas". En realidad tenía 21 años, era carpintero e integraba el colectivo Al margen, de Bariloche.

El joven asesinado ayer por la espalda durante un segundo operativo de desalojo de un predio contiguo al Lago Mascardi, que la comunidad mapuche reclama como propio, había cumplido 21 años el 15 de agosto pasado. «Es más fácil construir la imagen de ‘enfrentamiento’ con un adulto de casi 30 armado, que con un pibe de 21 que tira piedras.Tampoco era un ‘delincuente’, o un ‘mapuche violento’, o ‘un indio que se la merecía’ como dicen en comentarios en las redes sociales los que hace rato perdieron su última gota de dignidad», denunció una de sus docentes, de la escuela Don Bosco, en Frutillar.

 «A Rafita lo conocí hace más de 5 años cuando se largó la experiencia Alto Construcciones (la foto es de esa época), en la que pibes desescolarizados de los barrios se integraron a una escuela en Frutillar, a contraturno, para aprender un oficio y hacer una práctica laboral. Mi compañero, Javi Silva, venía acompañanado a un grupo de pibitos en la capilla del Nahuel Hue entre los que estaba Rafita… Flaquito, chiquito, siempre vestido de Boca, tratando de sobreponerse a una realidad familiar muy dificil, y a un barrio que se come a los pibes», agregó su profesora.

«Rápidamente se integró, aprendió a soldar, hacía cualquier trabajo pero de entrada vio que lo que le gustaba era la herrería, siempre estaba cerca de su amigo Facundo Arias (a quien también perdimos), gran bromista siempre imitando a un payador. Venía todos los días, no faltaba. Cuando pudimos comprar los mamelucos, se lo ponía siempre. (…) Rafita era uno de nuestros referentes, traccionaba», celebró su docente, quien añadió que «todos los día caía al taller con algún hierro que rescataba de la basura y lo transformaba en un chulengo, una parrilla, o cualquier cosa que pudiera vender».

Fuimos de viaje, a campamentos y a muchas andanzas más. A veces nos enojábamos el uno con el otro pero siempre nos arreglábamos». «Era un pide con toda una vida llena de dolores pero con más valores de vida que muchos de nosotros»

«Cuando el San José se transformó en el Programa PAIS de Sedronar -continuó Siva-, le dijimos a é y a otros pibes mayores que debían empezar a transitar su propio camino, y uno de los que lo entendió rápidamente fue Rafa… Empezó a noviar con una operadora, se las rebuscaba con la herrería, y después se vinculó con otras organizaciones, últimamente con la Causa mapuche, que representaba otro importante proceso de crecimiento.»

«A nuestros pibes de los barrios empiezan por quitarles las oportunidades, y después les quitan la capacidad de ser actores de la realidad, dejar todo lo que les hace mal, rebuscarse el trabajo y comprometerse con alguna causa que encima defienda sus raíces…» concluye Silva. «Rafita era todo lo que podíamos soñar. Ayer lo asesinaron por la espalda». (Tuny Kollmann)

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