Incendio en Los Alerces arrasa con 2.800 hectáreas y despliega esfuerzos conjuntos
Chubut enfrenta una batalla contra las llamas que devoran el Parque Nacional Los Alerces y sus alrededores, afectando más de 2.800 hectáreas de bosque nativo. El incendio, desatado hace una semana, mantiene en vilo a la región, desafiando los esfuerzos de 254 brigadistas que luchan incansablemente en condiciones meteorológicas adversas.
El informe emitido por el comando unificado del Parque Nacional Los Alerces y el Servicio Provincial de Manejo del Fuego de la Secretaría de Bosques de Chubut señala que las tareas de combate continúan en ocho sectores críticos, con líneas de agua y herramientas manuales desplegadas estratégicamente.
El viento, con ráfagas de hasta 40 kilómetros por hora, ha generado condiciones extremas, modificando la dirección e intensidad de las llamas, complicando el arduo trabajo de las cuadrillas de brigadistas. En el operativo del jueves participaron 347 personas, destacándose 254 en labores de combate y logística, mientras 93 se ocuparon de tareas de apoyo.
La magnitud del despliegue incluye un dispositivo aéreo con 3 helicópteros, 2 aviones hidrantes, un avión de observación, un avión anfibio tipo Fireboss y una flota de drones de observación. En tierra, se utilizan autobombas de los cuarteles de bomberos locales y maquinaria vial para abrir cortafuegos y mantener accesos rurales.
La secretaria de Bosques de Chubut, Cecilia Gajardo, informó que «se siguen recibiendo refuerzos de distintos lugares para aumentar el frente de ataque que se complica por las condiciones meteorológicas». Las adversas condiciones, marcadas por viento, calor y falta de humedad, han transformado el incendio en un desafío «interjurisdiccional».
En medio de la emergencia, la preocupación de los pobladores se hace palpable. Rubén Oliva, presidente de la Asociación de Bomberos de Chubut, destaca que los bomberos voluntarios fueron convocados para custodiar viviendas y localizaciones, mientras los brigadistas se centran en el combate directo.
A pesar de la magnitud del desastre, hasta el momento no se han reportado víctimas personales ni afectaciones a establecimientos rurales. Sin embargo, la inquietud entre los habitantes de lugares como Alto Río Percy es evidente, describiendo un paisaje nocturno dantesco con el crujido de árboles que caen.
El esfuerzo colectivo de 330 personas, sumado al soporte aéreo y la maquinaria pesada, busca contener la catástrofe. Se espera la llegada de más refuerzos y un avión anfibio tipo Fireboss, que operará cargando agua desde el Lago Futalaufquen, imponiendo restricciones en las actividades náuticas.
Hernández Otaño, encargado del Parque Nacional, asegura que aunque los servicios turísticos habilitados funcionan normalmente, se han cerrado senderos de montaña y de largo recorrido debido a la afectación del personal de auxilio en el combate del incendio.
