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Descubrieron una nueva especie de pez de la familia de los «killis»

Investigadoras e investigadores del Conicet conversaron con Télam sobre la importancia de difundir la existencia de estas especies para generar conciencia.

Investigadoras e investigadores del Conicet descubrieron una nueva especie de «killi de la lluvia» o pez anual en una reserva natural de Misiones, hallazgo que les permitió clasificar cuatro nuevos géneros dentro de la familia, una descripción de gran valor científico de cara las numerosas investigaciones sobre estos ejemplares a nivel mundial para comprender su biología, especialmente en procesos de envejecimiento y detenimiento del desarrollo embrionario.

Argolebias Guaraní, bautizada así en honor al pueblo originario del noreste de Argentina, fue descubierta en la Reserva Natural de la Defensa Puerto Península, un área destinada al entrenamiento del Ejército Argentino a cargo de la Escuela Militar de Monte, ubicada en la provincia de Misiones, donde también se desarrollan acciones de investigación.

Se trata de un pez pequeño –mide en promedio unos diez centímetros– de la familia de los killis, que viven en charcos estacionarios que alcanzan el tamaño de pequeñas lagunas con poca profundidad en las épocas de lluvia y que durante los meses de poca precipitación pueden secarse por completo.

El macho se distingue claramente de la hembra ya que posee manchitas azules brillantes que intercala con el gris oscuro de su cuerpo.

Estos peces suelen alcanzar la juventud y edad reproductiva a los 14 días, momento en donde dejan al descubierto unas aletas más definidas y su máximo esplendor de belleza.

El hallazgo de este nuevo ejemplar se dio durante muestreos realizados en el predio de la Reserva entre 2017 y 2019, y el arduo trabajo de investigación de los especialistas permitió llegar no sólo a la descripción completa de la especie, sino también al descubrimiento de cuatro nuevos géneros de la familia que permiten explicar y entender la relación evolutiva.

La investigación y sus conclusiones se publicaron resumidas en un artículo en la revista especializada Zoological Journal of the Linnean Society en donde los especialistas lograron dividir este grupo en 11 géneros, incluyendo 4 nuevos, lo que aporta una mayor claridad sobre la evolución y características de estos singulares peces.

«El trabajo es mucho más amplio que el descubrimiento de una nueva especie, hicimos un extenso estudio sobre este grupo de peces en Sudamérica; analizamos cuáles son las relaciones evolutivas entre todas esas especies, cómo fue diversificándose ese grupo y las características anatómicas», explicó a Télam Felipe Alonso, quien lideró el equipo de investigación.

El licenciado en ciencias biológicas e investigador del Conicet detalló que el trabajo permitió «analizar un montón de información tanto genética como anatómica» y, en base a ese estudio se hizo «una hipótesis evolutiva para ese grupo y definimos dentro de ese grupo algunos subgrupos».

«En biología tenemos especies y géneros como una categoría superior de agrupamientos de especies. Nosotros, por ejemplo, somos de género homo y de especie Homo sapiens; en este caso lo que hicimos fue generar esos agrupamientos de géneros y creamos cuatro géneros nuevos», explicó.

La diferenciación de cuatro géneros nuevos «facilita las investigaciones que se realizan sobre la anatomía de los killis en todo el mundo», por ejemplo «sobre envejecimiento, una característica que se estudia en China, Estados Unidos y Europa para entender cómo funcionan este proceso», apuntó el especialista.

Los killis son peces cuyo ciclo de vida es corto: nacen, crecen y se reproducen muy rápido, y en un par de meses «ya son ancianos», pero como su conservación es fácil permite estudiarlo en el laboratorio y analizar el proceso de envejecimiento.

Otra característica de esta especie es la capacidad que tiene de poner huevos que se conserven durante meses aún en períodos de sequía cuando los charcos se secan. Los huevos quedan como en un estado de dormancia, de latencia.

«Estudiar ese tipo de cosas también permite desarrollar tecnologías de biomedicina para, por ejemplo, conservar órganos o incluso un organismo entero y mantenerlo en un estado de quiescencia (reposo) y tal vez sea la respuesta de cómo lograr mantener un organismo sin que consuma casi energía durante un montón de tiempo», detalló Alonso.

En este sentido, el biólogo explicó que dado que esta especie puede desarrollar semejante característica, es fundamental entender «cómo evolucionaron cosas tan particulares; es sumamente importante para la biología, por ello, son un excelente modelo para estudiar».

Alonso explicó que estos tipos de peces viven en porciones geográficas muy acotadas ya que no se movilizan, y si bien no necesitan grandes espejos de agua cualquier modificación en el terreno como un relleno por agricultura o el paso de una topadora que lo alise los deja sin lugar.

«La mitad de las especies de killis de Sudamérica se encuentran en peligro de extinción, muchas de ellas incluso en peligro severo», remarcó Alonso y consideró que esta situación se debe «mayormente al avance de la agricultura» ya que recordó que en «muchas zonas donde se encontraban killis ahora hay plantaciones de soja».

«Estamos corriendo contratiempo, tratando de encontrar las especies antes que se extingan porque la frontera agropecuaria avanza y el bosque y la selva se va perdiendo y muchas veces hay especies que se van a extinguir sin que ni siquiera sepamos que existían», aseveró.

Por eso, destacó la importancia de la difusión de la existencia de estas especies para generar conciencia y plantear la necesidad de su preservación.

El Argolebias Guaraní fue encontrado en una Reserva Natural lo que facilita las tareas de preservación, pero hay otras especies que no corren con la misma suerte. Alonso recordó que en 2018 encontraron una especie en Salta, «uno de los lugares de Argentina donde es mayor la tasa de deforestación por plantaciones de soja, por lo que esta especie está actualmente en peligro crítico de extinción».

Además de Alonso, participaron del trabajo Guillermo Terán (UEL-Conicet), Wilson Serra (Museo Nacional de Historia Natural, Uruguay), Pablo Calviño (Fundación Killifish), Martín Montes (Cepave-Conicet), Ignacio García (Ilpla-Conicet), Jorge Barneche (Cepave-Conicet), Adriana Almirón (UNLP), Liliana Ciotek (Parques Nacionales), Pablo Giorgis (Parques Nacionales) y Jorge Casciotta (UNLP).

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