Producción

Cultivos de cobertura: Reduciendo las pérdidas de suelo y nutrientes en la agricultura

La erosión hídrica representa un desafío constante en el mundo agrícola, generando pérdidas considerables de suelo, nutrientes y agua.

Un reciente estudio realizado por investigadores del INTA reveló datos alentadores sobre el impacto positivo de los cultivos de cobertura en la reducción de estas pérdidas, proporcionando así una estrategia sustentable para los sistemas productivos.

De acuerdo con las conclusiones de este estudio, las pérdidas de suelo en parcelas de soja sin cultivos de cobertura ascienden a aproximadamente 1000 kilos por hectárea. Sin embargo, en aquellas parcelas con cultivos de cobertura, estas pérdidas se reducen significativamente a solo 165 kilos por hectárea. Esta diferencia marcada refleja la eficacia de los cultivos de cobertura en la preservación del suelo.

El informe detalla que la erosión hídrica, causada principalmente por las precipitaciones sobre el suelo, puede ser mitigada con la incorporación de cultivos de cobertura en las secuencias agrícolas de verano. Esta medida no solo disminuiría las pérdidas de suelo, sino que también podría potenciar la productividad de los cultivos y mejorar la sostenibilidad de los sistemas agrícolas.

Los resultados revelaron reducciones notables en las pérdidas de materia orgánica, nitrógeno y fósforo extractable en las parcelas con cultivos de cobertura. Específicamente, se encontró que con estos cultivos, las pérdidas de materia orgánica disminuyeron en un 77 %, las de nitrógeno total en un 82 % y las de fósforo extractable en un 58 %.

Julia Capurro, especialista en cultivos de cobertura, explicó que la erosión del suelo está estrechamente relacionada con la capacidad de este para resistir la lluvia. En ausencia de vegetación, las gotas de lluvia desagregan las partículas del suelo, generando lo que los productores denominan «costra» superficial. Esta costra, junto con las partículas del suelo, se desplaza hacia áreas más bajas debido a los escurrimientos superficiales, llevándose consigo materia orgánica y nutrientes esenciales.

El estudio se centró en evaluar las pérdidas por erosión hídrica en monocultivos de soja, demostrando que los cultivos de cobertura, especialmente una mezcla de Vicia sativa y Avena sativa, redujeron significativamente la formación de escurrimientos superficiales y, en consecuencia, las pérdidas de materia orgánica y nutrientes del suelo.

La aplicación de una lluvia simulada reveló que las parcelas con cultivos de cobertura presentaron un retraso considerable en el inicio de los escurrimientos superficiales, evidenciando una mayor capacidad de infiltración de agua en comparación con las parcelas sin cobertura vegetal.

Este estudio cobra especial relevancia en regiones como los departamentos Belgrano e Iriondo del sur de la provincia de Santa Fe, donde las prácticas agrícolas se enfocan en cultivos estivales de primera, representando una superficie significativa en la región. La implementación de cultivos de cobertura en estas secuencias estivales podría ser clave para reducir pérdidas de agua, materia orgánica y nutrientes, fundamental para la productividad y sostenibilidad de estos entornos productivos.

En resumen, la adopción de cultivos de cobertura emerge como una medida crucial para mitigar las pérdidas ocasionadas por la erosión hídrica en la agricultura, protegiendo así los recursos fundamentales para el crecimiento y desarrollo de los cultivos. La evidencia respalda la importancia de estas prácticas como un paso adelante hacia sistemas agrícolas más sostenibles y productivos.

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