Capacitación en producción hortícola: cerró una nueva temporada de formación en el macrotúnel
El ciclo de formación en producción hortícola bajo cubierta que impulsa el Municipio de Río Colorado culminó una nueva capacitación de temporada: veinte vecinos recibieron sus certificados tras varias semanas de trabajo práctico en el macrotúnel “Invernadero, miles de oportunidades”. La propuesta combinó técnicas agrícolas sostenibles, acompañamiento profesional y un objetivo que atraviesa a toda la comunidad: producir alimentos frescos, accesibles y cada vez más cerca de casa.

El macrotúnel, instalado desde hace años como un pequeño espacio productivo local, volvió a ser escenario de un proceso de aprendizaje que mezcla curiosidad, necesidad y ganas de hacer. Esta edición del taller se enfocó en un punto clave para la temporada primavera–verano: cómo cultivar hortalizas en condiciones controladas, aprovechando la estabilidad térmica y el uso eficiente del agua.
Ayelén Albariño, responsable del área de Desarrollo Social, lo resumió con una idea que se repite entre los asistentes: “Estas capacitaciones no solo ofrecen herramientas técnicas, también fortalecen el tejido social y acercan a cada familia a una alimentación más sana y económica”. Y lo cierto es que esa sensación se notó en cada clase.
Durante el cursado, los participantes trabajaron desde lo más básico —manejo del suelo, siembra protegida y riego eficiente— hasta estrategias más específicas como control de plagas por métodos naturales y buenas prácticas agrícolas. Son conocimientos que, aplicados en espacios reducidos, pueden traducirse en huertas familiares capaces de complementar la mesa diaria o incluso generar un pequeño ingreso.
La capacitación estuvo en manos de Juana Almazán, reconocida por su compromiso con la producción agroecológica local. No solo enseñó técnicas, también compartió su experiencia acompañando a familias vulnerables a través de la entrega de hortalizas producidas de manera sustentable. El intendente Duilio Minieri destacó especialmente su labor, señalándola como un ejemplo del vínculo entre formación, solidaridad y cuidado ambiental.
Detrás de cada taller hay un objetivo mayor: fortalecer la economía social y avanzar hacia una verdadera soberanía alimentaria. Muchos de los egresados ya adelantaron que replicarán la experiencia en sus hogares y, en algunos casos, en proyectos comunitarios más amplios. Es un paso concreto en un contexto donde producir lo propio vuelve a cobrar valor, tanto desde lo económico como desde lo emocional.
Para quienes no pudieron sumarse esta vez, habrá nuevas oportunidades. Las próximas convocatorias se anunciarán con anticipación.



