Banco Patagonia la odisea
El legislador Rochás debió entablar una “lucha” con el Gerente de la Sucursal Viedma, para hacerse del Libro de Quejas. El banco en su peor momento en relación a la atención a sus clientes cautivos.
Sabido es que el modelo de bancarización que hay en la Argentina obliga a que los vecinos cada vez tengan más necesidades de ir a las entidades bancarias. Y estas no se quieren adaptar a la realidad y, a pesar de las ganacias extraordinarias que les depara el mismo modelo, son incapaces de invertir en recursos humanos y mejores instalaciones.
Banco Patagonia es el ejemplo más acabado de cómo no se debe tratar a la gente. Hacen todos los esfuerzos para que el “cliente” la pase mal cada vez que traspasa las puertas del banco. Hace dos semanas ocurrió un hecho que nadie quiso contar y que puede convertirse en un caso testigo determinante si se piensa hacia adelante.
Nicolás Rochás, legislador provincial del Frente para la Victoria, fue al banco como un vecino más. Sacó su número y comenzó el calvario de la espera. Se sentó en las nuevas butacas, caminó por el banco, charló con uno y con otro. La espera comenzó a tornarse interminable.
Cuando pasó determinado tiempo, se le ocurrió pedir el libro de quejas para dejar asentado el tiempo de permanencia en la sucursal. Nunca imaginó Rochás lo que estaba haciendo y cómo terminaría. ¡A quién se le ocurre semejante idea!
Obviamente el libro no estaba a la vista como dice la ley, dormía en el último cajón de un escritorio y llegar a él parece que fue una tarea para la que el banco no está preparado. Una vez que “apareció” el preciado libro dejó testimonio de su queja e inmediatamente planteó la necesidad de que al mismo pueda acceder el resto de la gente. Tarea difícil.
En ese momento el gerente se lo impidió y comenzó un intenso forcejeo ¡por el libro! Patético de parte de quien tiene la responsabilidad de conducir los destinos de la sucursal más importante del segundo banco más grande de la Argentina.
Finalmente, tras la “lucha sin cuartel” ganó Rochás ante la impávida mirada del gerente. El legislador consiguió que muchos “clientes” firmen el libro. El próximo paso fue intentar hacerse de copias de las firmas cuestión que también fue compleja. Pero lo logró. Este viernes a la mañana, el legislador tendrá una audiencia judicial con autoridades de Banco Patagonia. El resultado es incierto.
Peor momento
A días de comenzar a discutir un nuevo contrato con la Provincia, Banco Patagonia entró en una suerte de crisis en materia de atención al cliente. Hace semanas que es imposible ir al banco. La gente llega, espera un tiempo determinado y se va con la cabeza baja.
Si bien dio un paso adelante con la incorporación de máquinas que expenden los turnos y sillas para que la espera sea más llevadera, no logra mejorar los tiempos de atención. La incorporación de recursos humanos parece no estar en la agenda de quienes más dinero ganaron en los últimos veinte años. Tanto que pasó de ser un banco familiar a uno internacional con presencia importante en el mundo financiero. Por los clientes “cautivos” la sucursal Sarmiento es la principal del segundo banco privado de la Argentina. Aún así, Viedma no está en sus planes. (Todo es Politica)