En el tercer trimestre de 2023, se registró un preocupante aumento de la pobreza multidimensional urbana, alcanzando el 44,7% de la población total y el 62,9% en niños y adolescentes.
El director del ODSA, Agustín Salvia, alertó sobre estos datos alarmantes, subrayando que la indigencia también ha crecido, llegando al 9,6%. Además, la calidad del empleo se ha desplomado a niveles históricamente bajos, con un 33,1% de la población económicamente activa mayor de 18 años en condiciones de desempleo o subempleo inestable.
Estas cifras marcan un incremento con respecto al mismo período del año anterior, donde la pobreza se situó en el 43,1% y la indigencia en el 8,1%. Salvia proyecta un escenario de continuo aumento de la pobreza para 2024, en un contexto de alta inflación y estancamiento económico.
El director del Observatorio advierte sobre el fin de un ciclo económico que ha llevado a un estancamiento y posterior decadencia. Asimismo, señala que, de mantenerse esta tendencia, se prevé un incremento de los pobres a expensas de una disminución de las clases medias.
En cuanto al futuro gobierno de Javier Milei, Salvia advierte sobre un ajuste en los precios relativos que podría agravar la situación de pobreza e indigencia en el corto plazo. Sin embargo, destaca la incertidumbre sobre los resultados a mediano y largo plazo, aunque sostiene que un camino exitoso podría significar potencialidad de crecimiento.
El informe del ODSA resalta la importancia de la asistencia social para contener el aumento de los índices de pobreza e indigencia. Realizan ejercicios de simulación que muestran cómo la exclusión de ciertos programas estatales impactaría drásticamente en estos números, evidenciando la relevancia de estas ayudas para los estratos más desfavorecidos.
Es fundamental destacar que la medición del ODSA abarca diversas dimensiones más allá de los ingresos, incluyendo aspectos como alimentación y salud, vivienda digna, acceso educativo, servicios básicos, medio ambiente saludable y empleo con seguridad social.
Estos datos reflejan una realidad preocupante que pone de manifiesto la urgencia de abordar las causas profundas de la pobreza estructural y la necesidad de políticas efectivas para revertir esta tendencia preocupante en Argentina.
