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Quince años de Cromañón: Skay y su recuerdo en el tiempo

Hace una década, el ex guitarrista de Los Redondos ponía en relieve las pocas precauciones en la gestión de recitales de rock, incluso antes de la tragedia.

por: Juan Provéndola – El 8 de diciembre de 2001 Los Redondos de Ricota suspendieron un show programado para ese día en el estadio de Unión de Santa Fe con el objetivo de tomarse “año sabático”. La frase está entre comillas porque lo que en ese entonces se consideró un descanso temporal terminó en verdad siendo un punto definitivo (o acaso el final anunciado pero entonces no detectado).

Exactamente diez meses después el guitarrista Skay Beilinson dio un paso más allá de Los Redonditos de Ricota lanzando “A través del mar de los sargazos”, el primero de los siete discos que integran su aún vigente carrera solista.

Si bien en aquel 2001 la versión oficial sobre la pausa ricotera aludía al estado de crisis social que atravesaba Argentina (apenas tres semanas después del show pospuesto se produjo el estallido que acabaría con el gobierno de Fernando De la Rúa), recién una década y media después se conocieron los detalles personales que forzaron el final de la alianza comercial y creativa entre Skay y el Indio Solari.

La polémica entre Solari y Beilinson alcanzó un tenor público poco común para dos tipos que justamente habían hecho del bajo perfil un culto a la hora de manejar información íntima y personal.

Sin embargo, mucho antes de eso Skay había dejado entrever otros detalles que, a la luz de esa posterior pelea pública, terminaron reducidos. “Nos dimos cuenta de que la gente nos había elegido como bandera sobre la cual proyectar cosas de las que no teníamos control. A veces les preguntábamos a los chicos qué podíamos hacer para evitar eso, y muchos decían: ‘Ustedes son el pretexto para vivir esta aventura, no se preocupen por nosotros y hagan lo que tengan que hacer’”, confesó Skay en una entrevista.

“Siempre estábamos al borde de una catástrofe y fue muy doloroso -ampliaba Beilinson-. Fuimos conscientes de que, al convocar mucha gente, éramos responsables. Tratábamos de extremar las medidas y gracias a Dios nunca sucedió nada, pero fue desgastante».

Durante esos últimos años dominados por incidentes en los shows, se corrió la bola (incluso desde adentro de la banda) acerca de una posible “mano negra” contra el grupo. “A mucha gente le resultaba complicado lo que hacíamos. Algunos nos dijeron cosas que pasaban por atrás, pero no pudimos confirmarlas. Por un tiempo decidimos no tocar en Capital, porque venía muchísima gente, había enfrentamientos con la policía, era muy descontrolado. En los últimos momentos había que pedir permiso al ministerio del Interior para tocar. Generaba mucho pánico lo que se movía alrededor de los redondos”, aseguraba el guitarrista.

Cuando arrancamos todo lugar era bienvenido, porque no había muchos. Tocamos en algunos donde podría haber pasado cualquier cosa. En La Esquina del Sol cayó una lluvia infernal y había 30 centímetros de agua sobre los que flotaba la zapatilla donde iba enchufado todo. Tocamos y nos importaba una mierda, de inconscientes; como ésa pasaron otras cosas de parte nuestra y del público. Lo que le pasó a Callejeros en Cromañón fue la continuación de ese grado de inconsciencia”, concluyó Skay.

Nota de www.REALPOLITIK.com.ar

Fuente
realpolitik.com.ar
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