Madre envía video agrediendo a su bebé a su ex pareja en Villa Berthet: Justicia aparta a los niños de inmediato
Una joven de 21 años de Villa Berthet, en el norte del Chaco, se filmó mientras maltrataba físicamente a su hijo de siete meses y le envió el video a su ex pareja con una frase escalofriante: “Viste, él nomás está pagando por tu culpa”. El caso, que generó conmoción en la comunidad local y se viralizó en redes, derivó en una medida de protección urgente: la Justicia ordenó separar a la madre de los dos niños que estaban a su cargo y entregó la tenencia provisoria del bebé a su padre. Los menores presentaban lesiones visibles y signos de posible malnutrición.

Todo comenzó el martes pasado, cuando J.G., el padre del pequeño, recibió en su celular un video que lo dejó paralizado. En la grabación, su ex pareja, D.M.E., aparece agrediéndolo físicamente. Junto al material, llegó ese mensaje acusatorio: el niño era, según ella, el chivo expiatorio de su ruptura sentimental.
La relación entre ambos había terminado apenas dos meses antes, pero desde entonces, según contó J.G. en la comisaría local, la joven le había enviado amenazas reiteradas. “Decía que iba a tirar o matar al chico”, aseguró, visiblemente conmocionado. Esta vez, en lugar de palabras, vino la prueba: el video.
No hay que olvidar que, en casos de violencia intrafamiliar, muchas veces las señales se ignoran hasta que es demasiado tarde. Aquí, la denuncia llegó a tiempo —aunque a nadie debería sorprenderle que un mensaje así encienda todas las alertas del sistema de protección.
Tras la denuncia, la Fiscalía N°4 de Villa Ángela y la Unidad de Protección Integral (UPI) actuaron con celeridad. En cuestión de horas, los dos niños que vivían con D.M.E. —el bebé de siete meses y un pequeño de dos años— fueron resguardados y pasaron a la custodia provisoria de su padre.
Los exámenes médicos no dieron buenas noticias. El bebé tenía un hematoma en la rodilla izquierda y en la zona lumbar, además de palidez cutánea y signos compatibles con anemia. El otro niño presentaba excoriaciones en la espalda, también palidez y mucosas pálidas, indicadores frecuentes de desnutrición o negligencia crónica.
¿Qué tanto había sufrido estos chicos antes de que alguien actuara? Aún no está claro, y esa incertidumbre duele. Pero al menos ahora están a salvo, bajo la vigilancia de un sistema que, por una vez, pareció funcionar sin demoras.

Como si fuera poco, este episodio se suma a otro caso grave ocurrido apenas once días antes, también en la provincia del Chaco. El 12 de diciembre, en Machagai, fue detenido Agustín Alejandro Ramos, acusado de atacar a su pareja, su hija de un año y cinco meses y su suegra con un cuchillo mientras veían una película.
La beba sufrió una herida en el rostro que requirió puntos de sutura. Su abuela terminó con una fisura maxilofacial. Las tres —madre, hija y abuela— debieron ser internadas. El caso está caratulado como “homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa y lesiones leves”, y la familia pide que el acusado no quede en libertad.
Ambos hechos, separados por apenas unas semanas y unos kilómetros, muestran una triste realidad: la violencia intrafamiliar no es un caso aislado. Es un patrón. Y en muchos lugares del interior del país, como en el Chaco, los recursos para prevenirla siguen siendo insuficientes.
La madre ya fue notificada de su situación legal y, por ahora, no puede tener contacto con ninguno de los menores. La fiscalía continúa con la investigación, y en los próximos días podrían tomarse nuevas decisiones sobre la custodia definitiva, posibles cargos penales o intervenciones sociales.
Mientras tanto, la comunidad de Villa Berthet vive conmocionada. Vecinos dicen que “nadie se esperaba algo así”, aunque algunos reconocen que “había rumores”. La pregunta que queda flotando es incómoda, pero necesaria: ¿cuántas veces se ignoró una señal antes de que todo explotara?
Lo cierto es que hoy, al menos, esos dos chicos tienen una segunda oportunidad. Y eso, en medio de tanto dolor, es lo único que importa.



