El tsunami está formado por una serie de ondas oceánicas extremadamente largas -con longitudes de onda del orden de cientos de kilómetros- que, en aguas profundas, se propagan a una velocidad que puede superar los 800 kilómetros por hora. A medida que el tsunami alcanza aguas costeras la columna de agua reduce su velocidad, aumentando rápidamente la energía y la altura de la ola. Las aguas se retiran justo antes que el tsunami irrumpa, dejando en ocasiones los arrecifes al descubierto.
El tsunami embiste la costa arrasándolo todo tanto al entrar en tierra como al salir de nuevo al mar. De hecho, la ola de regreso puede ser tan devastadora o más que la de entrada, ya que cuando la masa de agua fluye de vuelta al mar arrastra escombros que aumentan su fuerza de empuje.
Los tsunamis no solo generan enormes olas que destruyen todo a su paso cuando llegan a tierra, sino que también producen un campo magnético que, según un estudio publicado en el Journal of Geophysical Research, puede ser detectado antes de que se observen cambios en el mar y así mejorar la alerta temprana.
Según detallan los autores en el escrito, los tsunamis generan campos magnéticos a medida que mueven el agua de mar conductora a través del campo magnético de la Tierra, pero nunca habían tenido la oportunidad de demostrar ese campo llegaría antes de un cambio en el nivel del mar al carecer de mediciones simultáneas del magnetismo y el nivel del mar.
En este sentido, utilizaron los datos de dos eventos reales, el tsunami de 2009 de Samoa y el tsunami de 2010 de Chile, para trabajar con las mediciones simultáneas del cambio del nivel del mar a partir de los datos de presión del fondo marino y los campos magnéticos durante los dos tsunamis.
Descubrieron que la llegada primaria del campo magnético, similar a la del comienzo de una onda sísmica, se puede utilizar con el propósito de una alerta temprana de tsunami. El campo magnético generado por el tsunami es tan sensible que incluso se puede detectar una altura de ola de unos pocos centímetros.
“Hicieron algo que básicamente era necesario hacer. Necesitábamos un estudio que comparara los datos del campo magnético con el cambio del nivel del mar a partir de los datos de presión, y estoy bastante segura de que son los primeros en comparar realmente qué tan bien el nivel del mar del campo magnético coincide con el nivel del mar de presión, así que definitivamente es muy útil”, indica Neesha Schnepf, investigadora de geomagnetismo en la Universidad de Colorado, Boulder, que no participó en el estudio.
Cuando los investigadores compararon los componentes horizontal y vertical del campo magnético del tsunami con el cambio del nivel del mar, encontraron que ambos componentes pueden predecir con precisión el cambio del nivel del mar del tsunami, si los modelos incluyen buenas estimaciones de la profundidad del océano y la estructura eléctrica debajo del lecho marino.
Esta relación entre los campos magnéticos y la altura de las olas se puede utilizar para mejorar los modelos de fuentes de tsunamis, que estiman la topografía de la superficie del mar inicial de un tsunami y luego predicen el tiempo de llegada de las olas y la altura de las olas, datos importantes para informar la preparación y respuesta ante desastres.
La dificultad de mantener estaciones de observación ya limitadas significa que este tipo de datos de tsunamis a menudo no están disponibles. Además, estos hallazgos solo se aplican en entornos de aguas profundas y no costeras, donde las aguas profundas de la región filtran el ruido ambiental para permitir que se detecte la señal del tsunami.
Sin embargo, proporcionar una advertencia para estos eventos severos, que tienen el potencial de causar daños intensos en grandes áreas, hace que las predicciones valgan la pena, dijo Lin.
“Creo que el objetivo práctico sería que si tu capacidad para modelar tsunamis mejorara tanto… podrías obtener predicciones mucho mejores de qué áreas podrían necesitar ser advertidas y cuán gravemente podría golpear ciertos lugares”, concluye Schnepf.