Ambiente

El Océano Ártico puede quedarse sin hielo para 2030, una década antes de lo previsto

El Océano Ártico puede quedarse sin hielo durante el verano a partir de 2030 sin importar cuál sea el nivel emisiones de gases de efecto invernadero, y según según un artículo científico publicado hoy en la revista Nature Communications, este fenómeno se produciría una década antes de lo previsto.

«Los resultados indican que el primer mes de septiembre sin hielo marítimo podría ocurrir entre los años 2030-2050, sea cual sea el escenario de emisiones» de gases de efecto invernadero, explicaron en el estudio los científicos de Corea del Sur, Canadá y Alemania que utilizaron datos de observación de los años 1979 a 2019 para efectuar estas simulaciones.

El Océano Ártico tiene una superficie de unos 14 millones de kilómetros cuadrados y está recubierto de hielo la mayor parte del año, pero en septiembre la superficie de hielo marítimo se reduce al máximo.

En este caso, la ausencia de hielo implica una superficie inferior a 1 millón de km2, ya que podría quedar hielo residual a lo largo de las costas.

Los científicos climáticos advirtieron que este descenso en el nivel del hielo ártico se produciría «una década antes que las más recientes proyecciones», aseguró Seung-Ki Min, investigador de las universidades surcoreanas de Pohang y Yonsei y coautor del artículo, según consignó la agencia de noticias AFP.

Los investigadores consideraron que la desaparición del hielo podría ser atribuida esencialmente a las emisiones de gases de efecto invernadero, ya que el resto de factores como aerosoles, actividad solar y volcánica son menos importantes.

El hielo marítimo se solidifica por acción del frío y su deshielo no causa directamente la elevación del nivel de los océanos (contrariamente a la del casquete polar o los glaciares) pero tiene de todas maneras consecuencias graves para el ambiente en otros lugares.

La desaparición del hielo «acelerará el calentamiento en el Ártico, lo que puede provocar un aumento de los episodios meteorológicos extremos en las latitudes medias, como las canículas y los fuegos forestales», explicó Seung-Ki Min.

En verano, el hielo ejerce un papel muy importante porque rebota los rayos solares, destacaron los investigadores en su informe.

Fuente
Télam

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