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Consumos problemáticos: señales de alarma y una red que se expande para contener

Durante el primer semestre de 2025, el sistema público de salud de Río Negro brindó más de 19 mil intervenciones a personas atravesadas por consumos problemáticos. El Alto Valle concentra la mayor parte de los casos, pero el acompañamiento crece en toda la provincia.

Los consumos problemáticos ya no son una problemática lejana ni ajena: están en los barrios, en las escuelas, en las familias. Y aunque cada historia es distinta, el denominador común es la necesidad de un abordaje cercano, profesional y humano. En Río Negro, el Ministerio de Salud profundizó su estrategia de atención durante los primeros seis meses de este año, con 19.310 prestaciones registradas en toda la provincia, según cifras oficiales.

El despliegue se realizó a través de 29 dispositivos territoriales pertenecientes al Programa de Abordaje Integral de Consumos Problemáticos. Las intervenciones incluyeron desde entrevistas individuales hasta espacios grupales y asistencia familiar, con un enfoque que busca no solo tratar, sino también escuchar, contener y acompañar.

El mapa de intervenciones revela una realidad desigual, pero previsible: el Alto Valle concentra más de la mitad de las asistencias (55%), lo que puede relacionarse tanto con su densidad poblacional como con el impacto urbano en ciertos patrones de consumo. Le siguen la Zona Andina con un 23%, el Valle Medio (15%), la Zona Atlántica (6%) y la Región Sur (1%).

Más allá de los porcentajes, lo que muestran estos datos es el intento —sostenido— de garantizar que nadie quede sin acceso a atención, incluso en contextos territoriales complejos. No se trata solo de estadísticas: detrás de cada intervención hay una persona, una familia, una historia.

El 82% de las intervenciones se realizaron de manera individual, y la modalidad incluyó tanto encuentros presenciales como atención virtual, telefónica y grupal. Las instancias de admisión, seguimiento y entrevistas familiares forman parte del proceso de acompañamiento, en el que la dimensión emocional y social es tan importante como la clínica.

Desde el Ministerio destacan que el abordaje integral es clave para generar confianza en quienes se acercan por ayuda. “A veces, solo necesitan saber que hay alguien dispuesto a escucharlos sin juzgar”, señalan desde uno de los equipos de trabajo.

Dentro del mismo semestre, el Programa de Cesación Tabáquica brindó 160 atenciones, con 70 admisiones formales y 105 seguimientos. La edad promedio de inicio del consumo fue de 16 años, y el 42% de quienes ingresaron refirió antecedentes familiares vinculados al hábito de fumar.

Si bien las cifras pueden parecer menores en comparación con otros consumos, especialistas advierten que el tabaco sigue siendo una puerta de entrada frecuente, sobre todo en adolescentes. Por eso, los espacios de prevención, orientación y acompañamiento siguen siendo fundamentales.

Río Colorado: un espacio donde volver a empezar

Para quienes viven en Río Colorado y enfrentan situaciones relacionadas con consumos problemáticos —propios o de un ser querido—, existe un lugar de referencia. El Centro CRAIA (Volver a Empezar) ofrece atención confidencial, escucha profesional y orientación gratuita.

Ubicado en Alsina y calle 18, en el barrio Buena Parada, el centro trabaja con vecinos, familiares y personas que desean iniciar un proceso de cambio. También se pueden realizar consultas telefónicas al (2931) 458174.

 

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