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Abusos sexuales en la niñez: Agenda de género pendiente en la Argentina

La brutal denuncia por violación y acoso sexual que realizó la actriz Thelma Fardín contra Juan Darthés disparó el tema al centro del debate nacional. Contrastamos las únicas cifras disponibles en el país que confluyen en el Plan Nacional de prevención del embarazo no intencional en la adolescencia (ENIA) y que se gestó de manera interministerial entre Justicia, Educación, Salud y Desarrollo Social y el apoyo de UNICEF. El médico psiquiatra Walter Ghedin explicó cómo identificar y qué saber de la personalidad de un abusador.

Argentina debe fortalecer la institucionalidad alrededor del tema del abuso sexual infantil para aprovechar el cambio cultural social e instalar un nuevo paradigma: mejorar los tiempos de la justicia, multiplicar los abogados especializados y con perspectiva de género y sistematizar casos y cifras (iStock)
La denuncia desgarradora por violación y acoso sexual que hizo con valentía y emoción la actriz Thelma Fardín contra Juan Darthés provocó un movimiento tectónico estructural alrededor de la violencia de género en la sociedad argentina y, además de ocupar el centro de la agenda pública, logró fundar un nuevo paradigma sobre el tema, más acorde a los tiempos, y desnudó todos sus déficits.

La denuncia de Fardín apoyada por un numeroso colectivo de mujeres actrices – Actrices Argentinas– instaló de manera contundente el tema de la violencia contra las mujeres y a la vez generó una ola imparable de denuncias en todo el país y en todos los ámbitos, no sólo en el artístico. Más que nunca, el tema exige una gran precisión en la información y cifras disponibles para construir un estado de arte conceptual que permita cambiar el paradigma.

Cifras locales magras y Plan ENIA

Es imprescindible para esbozar el escenario local la lectura del sustancioso estudio Abusos sexuales y embarazo forzado hacia Niñas, Niños y Adolescentes (de ahora en más, NNA) en la Argentina, América Latina y el Caribe que elaboraron de manera conjunta el Plan Nacional de Prevención de Embarazo no Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA), el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA Argentina) y UNICEF. Las autoras Silvia Chejter y Valeria Isla brindaron lineamientos para el abordaje interinstitucional del Plan ENIA desde donde se podrá forjar una agenda de género acorde a los tiempos en la Argentina.

Los números locales sobre abuso sexual e infantil no mejoran el panorama, por el contrario lo empeoran: en la Argentina, 8 de cada 10 embarazos de madres adolescentes -menores de 15 años- fue consecuencia de un abuso sexual o violación.
Son cerca de 3.000 niñas y adolescentes al año cuyos derechos humanos son vulnerados, por haber sido violentadas sexualmente, por llevar adelante embarazos forzados y por ser madres antes de estar preparadas para ejercer la maternidad.

Detalles del Plan ENIA

En este contexto, cobran relevancia el Plan Nacional ENIA y el Instituto Nacional de las Mujeres (INAM) cuyas iniciativas y políticas es momento de impulsar y fortalecer.

Los objetivos estratégicos que se propuso el Plan Nacional ENIA es el fortalecimiento de políticas para la prevención del abuso y la violencia sexual en la niñez y la adolescencia y para el acceso a la interrupción legal del embarazo (ILE) en el marco de la normativa vigente.

Silvina Ramos, coordinadora técnica del Plan Nacional ENIA, dijo: «Disminuir los abusos sexuales y embarazos forzados en niñas y adolescentes requiere de políticas intersectoriales y una firme decisión política de los diversos organismos del Estado con responsabilidades y capacidades para intervenir. Por mucho tiempo, hemos dado respuestas muy débiles ante este drama y hemos actuado como si el embarazo de una niña de 10, 11 o 12 años fuera un hecho normal o una tragedia. No asistimos apropiadamente a esa niña o adolescente abusada y embarazada, ofreciéndole alternativas para su vida».

La directora ejecutiva del INAM, Fabiana Tuñez, resaltó: «La mayoría de las víctimas de abuso son mujeres y niñas, a las cuales no se las escucha. Acá hay una decisión política, está el plan y está acompañado de presupuesto para poder ejecutarlo».

A partir de la Ley Nacional 26061 la responsabilidad de la protección de los derechos reconocidos a niños, niñas y adolescentes no recae solamente en un área de niñez o sobre la justicia , o las madres, o los padres , u otros adultos responsables . La nueva institucionalidad que la ley establece convoca a diversos actores gubernamentales y no gubernamentales como garantes de los derechos desde un concepto de corresponsabilidad.

Según señala el documento del Plan Nacional ENIA, se destacan tres factores que resultan útiles para diferenciar las prácticas sexuales abusivas: la asimetría de poder, la asimetría de conocimiento y la asimetría de gratificación.

Justicia lenta

El tema del abuso sexual contra niños y jóvenes interpela hasta a los propios expertos que discuten cómo nombrar el delito contra los menores; para ser justos y precisos ante tanto drama e indefensión que atraviesan las víctimas.

El Código Penal argentino bajo el título «Delitos contra la integridad sexual» contempla diversas figuras: abuso sexual simple, abuso sexual calificado, violación (arts. 119 y 120); promover o facilitar la corrupción (art. 125) ; promover o facilitar la prostitución (art. 127); financiar, ofrecer, comerciar, publicar, facilitar, divulgar o distribuir representaciones de menores dedicados a actividades sexuales explícitas (art. 128) ; exhibiciones obscenas (art. 129). Además ,deben considerarse otros dos artículos correspondientes al título «Delitos contra la libertad», relacionados con la explotación sexual y la trata: captar, trasladar, recibir o acoger personas con fines de explotación (art 145 bis, y 145).

Queda pendiente impulsar desde el sistema judicial, la incorporación de abogados con perspectiva de género.
Hace pocos días – previo al caso Thelma Fardin- se realizó la jornada «Prevenir y actuar frente a los abusos sexuales en niños, niñas y adolescentes», para visibilizar este problema social que durante mucho tiempo fue tolerado, silenciado y minimizado.

Sobre el perfil del abusador

El médico psiquiatra y sexólogo Walter Ghedin precisó conceptos y definiciones sobre cómo identificar la personalidad de un abusador: «Las personalidades que cometen abusos sexuales son extremadamente astutas, con una perspicacia a toda prueba para captar la vulnerabilidad de la víctima. Hay en ellos una seguridad pasmosa; creen que la mujer es débil y susceptible de caer bajo el encanto de sus habilidades de conquista y sexuales. El abusador subestima a la mujer, carece de empatía y está centrado solo en su objetivo. Asimismo cuando ve que sus estrategias pueden ser descubiertas actúan con rapidez para torcer o replantear los lineamientos del plan».

Por su parte, el Plan Nacional de Prevención del embarazo no intencional en la adolescencia (Plan ENIA) señaló las modalidades más frecuentes de los abusos sexuales :

  • Abuso sexual infantil intrafamiliar : cuando el abusador es un familiar
  • Abuso sexual por parte de extraños : pueden ser desconocidos o personas que pertenecen a su entorno social
  • Explotación sexual comercial: es una forma de abuso sexual sistemática, a la que se suma generalmente la explotación económica por la existencia de intermediarios que lucran con su explotación
  • Utilización de niños, niñas y adolescentes (NNA) con fines pornográficos
  • Grooming: acoso sexual a NNA a través de Internet

Continuó Ghedin: «El abusador es un sujeto que sabe lo que está haciendo. Es muy frecuente que a la astucia se le sumen rasgos falsamente afectuosos, lo cual favorece el desarrollo de la acción maliciosa. Son personalidades gráciles, amables, sociables, divertidas, pícaras, seductoras, trabajadoras, ejecutivas, y en todos los casos pensado para manipular».

En Argentina no hay ningún organismo público que sistematice a nivel nacional los datos provenientes de las distintas instituciones que trabajan en este tema. Incluso, hasta hoy no se sistematizan ni publican los datos que se registran.

  • Entre noviembre de 2016 y febrero de 2018 el Programa Las Víctimas contra las Violencias que recibe denuncias de todo el país, atendió 2842 denuncias telefónicas por abuso sexual, de las cuales 2094 (74%) correspondían a NNA y 26% a personas adultas, que habían sido abusadas siendo NNA. El 45% de las denuncias eran de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el 55% del resto del país.
  • Según el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación de 2018, 7 de cada 10 víctimas menores de 18 años eran niñas. De ellas, el 38% eran menores de 11 años .

Las niñas enfrentan un riesgo cinco veces más alto que los niños de ser víctimas de abuso sexual.
En la provincia de Buenos Aires entre 2014 y 2016 se registraron 12.663 casos de abuso sexual. El 83% de las denuncias corresponden a niñas y adolescentes mujeres

Las conductas que constituyen abuso sexual hacia Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) son:

  • La utilización de NNA para la obtención de material pornográfico , aunque no haya contacto directo del adulto con su víctima.
  • Tocar a NNA en sus genitales, zona anal y/o pechos, por encima o debajo de la ropa.
  • Hacer que NNA toque al adulto en sus genitales, zona anal y/o pechos por encima o por encima de la ropa.
  • Contacto oral-genital del adulto a NNA.
  • Contacto oral-genital del adulto NNA.
  • Contacto genital del adulto sin penetración (frotamientos contra el cuerpo de NNA con el objetivo de lograr excitación sexual y eventualmente un orgasmo).
  • Penetración vaginal y/o anal con dedos y/o objetos.
  • Coito.

Por supuesto que a los impactos de los abusos sexuales hacia niñas, niños y adolescentes (NNA) debe agregarse el riesgo de embarazo y el embarazo forzado.

Lo que dejó claro el caso Fardin-Darthés para la sociedad argentina -y en especial para las nuevas generaciones- en su conjunto es que la violencia de género contra las mujeres es inaceptable, unánime, tremenda, hiriente y lacerante y también plantea la reformulación de cómo establecer las relaciones y los vínculos entre hombres y mujeres.

El médico psiquiatra Ghedin explicó a  que existen dos tipos de abusadores sexuales: los que son impulsivos y actúan sin programa previo -ejemplo: violadores que atacan a la víctima tomándola de sorpresa- y los que pergeñan la acción con conductas más complejas para enredar a la víctima.

«Todos son peligrosos, pero los que hacen uso de mecanismos sutiles de manipulación lo son más, porque la persona que ha caído en sus garras no sabe cómo actuar. Estos abusadores de «guante blanco» creen que poseen las habilidades suficientes para acallar a sus víctimas y que el poder, el dinero o la apariencia de «corrección social» son suficientes para que el hecho quede impune», concluyó.

Fuente
Infobae

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