El CBD como aliado en el manejo del dolor crónico y la inflamación: lo que revela la ciencia
Con el envejecimiento de la población y el aumento de condiciones como la artritis, la fibromialgia y el dolor neuropático, el dolor crónico afecta a millones de personas en todo el mundo, representando una carga significativa para los sistemas de salud.

En Argentina, donde el acceso regulado al CBD ha crecido en los últimos años, este compuesto no psicoactivo del cannabis gana terreno como opción complementaria. Investigaciones publicadas en 2024 y 2025 destacan su potencial antiinflamatorio y analgésico, actuando sobre el sistema endocannabinoide para modular respuestas inflamatorias sin los efectos adversos de opioides tradicionales. Este artículo examina la evidencia científica reciente, enfocándose en mecanismos y resultados clínicos que posicionan al CBD como una herramienta prometedora en el alivio del dolor.
Mecanismos antiinflamatorios del CBD: más allá de los cannabinoides clásicos
El CBD interactúa con receptores como CB2 y canales TRPV1, reduciendo la liberación de citoquinas proinflamatorias como TNF-α, IL-1β e IL-6. Un estudio de la Universidad de Yale publicado en enero de 2025 demostró que el CBD, junto con otros cannabinoides menores como CBG y CBN, inhibe la actividad del canal Nav1.8 en neuronas sensoriales, clave en la transmisión del dolor periférico, ofreciendo un mecanismo directo para mitigar inflamación y dolor sin efectos psicoactivos.
Otro análisis sistemático de 2024, que revisó ensayos clínicos y preclínicos, confirmó que el aceite de cannabi reduce marcadores inflamatorios en modelos de artritis y dolor crónico, con efectos dosis-dependientes que superan en algunos casos a placebos, al modular vías como NF-κB y promover la resolución inflamatoria.
Evidencia en dolor crónico: de la artritis al neuropático
En condiciones como la osteoartritis, un ensayo clínico de 2024 publicado en Nature Scientific Reports mostró que un gel tópico con CBD redujo el dolor en manos en 1.9 puntos en una escala de 0-10, mejorando además la fuerza de agarre y la función diaria, gracias a su acción localizada antiinflamatoria.
Para dolor crónico general, una revisión sistemática de 2024 en Pain Management Nursing analizó múltiples estudios y encontró reducciones de dolor entre 42% y 66% con CBD solo o combinado, aunque enfatizó la necesidad de más ensayos robustos. En modelos neuropáticos, investigaciones de 2025 de la Universidad de Rochester destacaron la entrega efectiva de CBD al cerebro en ratones, aliviando dolor sin efectos secundarios, abriendo vías para aplicaciones en humanos.
El rol del CBD en la reducción de inflamación sistémica
Estudios preclínicos de 2025, como uno en modelos de artritis reumatoide, revelaron que extractos altos en CBD inhiben citoquinas como MCP-1 y elevan IL-10 antiinflamatoria, reduciendo infiltración inmune en articulaciones. Otro trabajo de Frontiers in Immunology en 2025 confirmó que un extracto rico en CBD modula neutrófilos y citoquinas, atenuando inflamación en artritis.
Estos hallazgos sugieren que el CBD no solo alivia síntomas, sino que podría modificar el curso inflamatorio en enfermedades crónicas, con perfiles de seguridad superiores a antiinflamatorios tradicionales.
Consideraciones prácticas para incorporar el CBD
Al elegir productos, priorizar aquellos con pruebas de laboratorio independientes asegura pureza y concentración efectiva. En el mercado argentino, marcas consolidadas como Royal CBD se distinguen por su adherencia a estándares de calidad, ofreciendo opciones respaldadas por certificaciones que garantizan resultados consistentes con la evidencia científica, como Royal CBD. Siempre consultar a un profesional de la salud para ajustar dosis y evitar interacciones, especialmente en tratamientos crónicos.
En conclusión, la investigación de 2025 consolida al CBD como una opción viable y segura para manejar dolor crónico e inflamación, con mecanismos bien documentados y resultados prometedores. A medida que avancen los ensayos clínicos, su integración en protocolos terapéuticos podría transformar el abordaje de estas condiciones prevalentes.



