Locales

Nieto 140: un nuevo paso en la recuperación de la identidad en Argentina

El pasado martes, en la Plaza Memoria y Justicia de Río Colorado, se celebró un emotivo homenaje por la restitución de la identidad del nieto 140, quien fue encontrado en julio de este año. El acto incluyó la actualización del “Cuentanietos”, el reloj simbólico que marca cada hallazgo y recuerda la lucha incansable de quienes nunca dejaron de buscar.

El nieto 140 nació en Bahía Blanca, dentro del centro clandestino de detención conocido como La Escuelita, que funcionaba en el Batallón de Comunicaciones 181 del 5° Cuerpo de Ejército durante la última dictadura cívico-militar. Como ocurrió con cientos de bebés apropiados en aquellos años oscuros, fue separado de su familia biológica apenas al nacer.

Décadas después, y gracias al trabajo conjunto de las Abuelas de Plaza de Mayo, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDi) y el Banco Nacional de Datos Genéticos, su historia pudo ser reconstruida. Lo cierto es que sin la valentía de esas organizaciones, sumada a la colaboración de una red anónima de voluntades, este encuentro con su verdadera familia no habría sido posible.

Cada restitución no es solo una victoria para la familia que recupera a su ser querido, sino también un triunfo de la sociedad argentina. “Cada nieto encontrado es una pieza más de la verdad que nos habían robado”, repiten una y otra vez las Abuelas, conscientes de que su lucha representa un legado para las futuras generaciones.

La restitución de este nieto vuelve a recordar la importancia de las instituciones democráticas que se consolidaron después de 1983. Instituciones que, a pesar de las dificultades, han sabido sostener mecanismos legales y científicos que hoy permiten garantizar justicia y memoria.

Aunque la noticia despertó esperanza, el camino aún es largo. Más de 300 nietos y nietas siguen sin conocer su verdadera identidad. Están entre nosotros, caminando nuestras calles, quizás sin sospechar que sus familias los buscan desde hace casi cincuenta años.

La pregunta es inevitable: ¿Cuántos tiempo más llevará reconstruir esas vidas fragmentadas? Según especialistas, cada hallazgo es una señal de que todavía se puede, de que el trabajo colectivo y la memoria activa son las herramientas más fuertes contra el olvido.

El acto en Río Colorado no solo celebró una restitución, también renovó un compromiso: seguir buscando. Porque, como señalan los organismos de derechos humanos, recordar no es mirar al pasado, sino garantizar que hechos como los de la dictadura nunca más vuelvan a repetirse.

La restitución del nieto 140 confirma que la verdad puede tardar, pero llega. Y que la memoria, cuando se convierte en acción, mantiene vivo el reclamo de justicia que atraviesa a toda la Argentina.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba