La Adela en emergencia: el intendente advierte sobre una crisis que golpea en silencio
Federico Moro, jefe comunal de La Adela, declaró la emergencia administrativa ante una recaudación municipal que apenas alcanza el 35%. La caída de la coparticipación, la sequía prolongada y el ajuste nacional conforman un escenario asfixiante para una localidad que ya no logra cubrir sus gastos básicos.

La situación económica en La Adela, una pequeña localidad del sur pampeano, se ha vuelto insostenible. Con una recaudación que apenas cubre un tercio de lo proyectado y una coparticipación que sigue cayendo, el intendente Federico Moro (Juntos por el Cambio) no dudó en declarar la emergencia administrativa. Lo hizo con la crudeza de quien ya no tiene margen: “La gente no llega a fin de mes y va a dejar de pagar los servicios”.
Las declaraciones, vertidas en una entrevista con Radio Noticias, revelan un contexto que va más allá de las estadísticas: hay angustia, hay desgaste, y sobre todo, hay un reclamo por ayuda que no termina de encontrar eco.
El ajuste nacional, una “catarata” que cae sobre los municipios
“El ajuste lo están pagando las provincias y los municipios”, disparó Moro, al señalar directamente al Gobierno nacional como responsable de gran parte del ahogo financiero que atraviesa su gestión. Desde su llegada a la intendencia, asegura haber gobernado con “austeridad”, pero admite que ya no alcanza.
Según el jefe comunal, la baja de los impuestos coparticipables impactó de lleno en las arcas municipales. “Es una catarata que cae sobre nosotros y es muy difícil sostenerla. Este mes la coparticipación será menor todavía, porque no hay ingresos por guías, producto de la sequía. El campo se quedó con lo poco que tiene”, graficó.
Esa sequía lleva más de dos años golpeando al sur de La Pampa y parte de Río Negro. La producción ganadera se estancó, y con ella, una de las principales fuentes de movimiento económico local.
Emergencia administrativa: un paso forzado para sostener lo básico
La declaración de la emergencia administrativa ante el Concejo Deliberante busca evitar que la situación escale a niveles más críticos. El foco ahora es uno solo: garantizar el pago de sueldos. “Nuestro objetivo es cumplir con los salarios el último día hábil del mes. Estamos viendo si podemos empezar a pagarlos semanalmente, aunque sea en partes”, reconoció el intendente.
Con apenas un 35% de recaudación municipal, el panorama se vuelve más complejo día a día. “Somos una localidad con ingresos muy débiles. Sin asistencia externa, no podemos seguir”, subrayó Moro. Y advirtió algo que inquieta a muchos intendentes del interior profundo: “Lo primero que la gente dejará de pagar son los servicios. Esto, para mí, va a empeorar”.
El desconcierto político y el debate interno
En las últimas elecciones, La Adela votó por Javier Milei a nivel nacional, revalidó la conducción provincial de Sergio Ziliotto y mantuvo a Moro como intendente. Una tríada que refleja el desconcierto de una comunidad que busca respuestas en todos los frentes, aunque ninguna parezca suficiente.
El propio Moro admitió que dentro de su espacio político —es radical, dentro de Juntos por el Cambio— ya se discute cómo enfrentar esta coyuntura, sin dejar de mirar con preocupación lo que viene. “En seis meses, perdimos una masa salarial entera por la caída de la coparticipación”, reveló.
¿Qué significa esto para La Adela y otras localidades similares?
La situación de La Adela no es un caso aislado. Es el espejo de lo que sucede en muchos pueblos chicos del país, donde cada peso cuenta y cada decisión nacional se siente con fuerza. Cuando la economía se achica en las grandes ciudades, en el interior directamente se paraliza.
El riesgo no es solo económico, sino social: pérdida de servicios esenciales, atraso en sueldos, caída del consumo y una creciente desconfianza en los distintos niveles del Estado.
¿Y ahora qué?
La pregunta sobre el futuro inmediato queda flotando. ¿Alcanzará el diálogo con Provincia para evitar un colapso? ¿Llegará alguna señal desde Nación? ¿Podrán sostenerse los servicios básicos si la recaudación continúa en baja?
Lo cierto es que en La Adela, como en tantas otras localidades del interior, ya no se trata solo de administrar recursos, sino de contener una crisis que parece haberse instalado en la vida cotidiana de sus habitantes. Y que, según advierte el propio intendente, podría agravarse si no se toman medidas urgentes.