Ambiente

Se encienden las alertas por “La Niña”: cómo afectaría el clima en Argentina en los próximos meses

El fenómeno climático que podría instalarse entre la primavera y el verano amenaza con provocar sequías, heladas fuera de temporada y más extremos meteorológicos. ¿Qué zonas están en la mira?

Con el invierno aún desplegando su arsenal de frío, y tras semanas de temperaturas gélidas en buena parte del país, los expertos en meteorología advierten sobre un nuevo actor en escena: La Niña. Este fenómeno climático, que altera los patrones de lluvia y temperatura a escala global, podría instalarse en Argentina durante los próximos meses, generando efectos de alto impacto tanto en el campo como en la vida cotidiana de millones de personas.

¿Qué es “La Niña” y por qué preocupa?

No se trata de una tormenta ni de una ola de calor. La Niña es un fenómeno oceánico-atmosférico que se origina cuando las aguas del Pacífico ecuatorial se enfrían más de lo normal. Esa variación térmica, que puede parecer mínima desde la superficie, desata una serie de cambios en los sistemas de presión y viento que modifican el clima en distintas partes del mundo.

En Argentina, su presencia suele traducirse en lluvias escasas, heladas fuera de temporada y una mayor frecuencia de irrupciones de aire frío. Esto afecta especialmente al centro y norte del país, donde la agricultura y la ganadería dependen en gran medida de un régimen hídrico regular.

Lo preocupante, según revelan los últimos modelos climáticos internacionales, es que el enfriamiento del mar observado en las últimas semanas sugiere que La Niña podría instalarse entre la primavera y el verano de 2025. Aunque el fenómeno aún no fue confirmado oficialmente por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), las señales son cada vez más claras.

Las zonas en alerta: dónde se sentiría con más fuerza

El impacto no será homogéneo. Algunas regiones del país están más expuestas a los efectos de La Niña. Entre ellas, los expertos mencionan:

  • Centro y norte de Buenos Aires
  • Santa Fe
  • Córdoba
  • Entre Ríos
  • La Pampa
  • El NOA (noroeste argentino)

En estas provincias, la amenaza más inmediata es la falta de lluvias, lo que podría desencadenar un escenario de sequía, con consecuencias económicas severas para el sector agropecuario. Además, las heladas tardías podrían afectar cultivos sensibles y alterar los calendarios de siembra y cosecha.

Pero no todo será sequedad: en la Patagonia, se espera el efecto inverso. Allí, la llegada de La Niña podría traer más lluvias y nevadas, lo que si bien puede beneficiar a algunas zonas, también eleva el riesgo de acumulación de nieve, cortes de rutas e incluso aludes en áreas de montaña.

Más allá del agro: cómo podría impactar en la vida cotidiana

Cuando se habla de fenómenos climáticos, suele pensarse primero en el campo. Pero lo cierto es que sus efectos pueden extenderse mucho más allá de la producción agrícola.

Suministro de agua potable: en regiones donde las lluvias disminuyan, las reservas de agua podrían verse comprometidas.

Incendios forestales: la sequedad del ambiente aumenta las chances de focos ígneos, sobre todo en zonas de vegetación seca.

Consumo energético: en el campo, podría incrementarse el uso de sistemas de riego. En las ciudades, el calor extremo podría forzar un mayor uso de aires acondicionados.

Además, no hay que olvidar que estos cambios también tienen consecuencias sociales y económicas. Comunidades enteras podrían enfrentar dificultades si se alteran los ciclos del clima.

¿Qué están haciendo las autoridades?

Aunque aún no hay confirmaciones oficiales, las autoridades ya siguen de cerca la evolución del fenómeno. El SMN monitorea día a día la situación y no descarta activar alertas tempranas si se detecta que La Niña avanza de manera sostenida.

En paralelo, técnicos del INTA y otras instituciones analizan posibles escenarios para ayudar a los productores a prepararse. La prevención, en estos casos, puede marcar la diferencia entre una campaña exitosa y una crisis productiva.

Lo que viene: incertidumbre con pronóstico reservado

Por ahora, la gran pregunta sigue abierta: ¿se instalará finalmente La Niña y, si lo hace, cuán severos serán sus efectos? La ciencia del clima avanza, pero aún hay variables difíciles de anticipar. Lo que está claro es que hay que estar atentos. Como si fuera poco, venimos de años marcados por fenómenos extremos, y cada nueva señal merece ser tomada en serio.

En tiempos donde el clima parece hablar más fuerte que nunca, la información rigurosa y el monitoreo constante son aliados fundamentales. Y aunque el futuro inmediato aún se escribe con signos de pregunta, hay algo que ya sabemos: prepararse, esta vez, no es una opción. Es una necesidad.

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