Argentina

17 de octubre de 1951: El día que descubrimos la televisión

La televisión argentina tuvo su bautismo el 17 de octubre de 1951. Tres cámaras ubicadas en el edificio del Banco Nación transmitieron el acto por el Día de la Lealtad.

Por Daniel Giarone – Una pantalla pequeña, rectangular, plateada, titilante. Una pantalla metida en un cajón. Una pantalla que lleva el cine a casa. Una caja mágica, una excentricidad, un mamotreto difícil de ubicar. Todo eso era un televisor el 17 de octubre de 1951, cuando con la transmisión desde Plaza de Mayo del acto por el Día de la Lealtad nacía, hace ya 70 años, nacía la televisión en la Argentina.

Aquella primera transmisión, realizada por LR3 Radio Belgrano TV con fuerte apoyo estatal, inauguró una era que marcaría el siglo XX: la la televisión. Desde entonces su gravitación cultural, política y económica se volvió imprescindible para comprender la sociedad en que vivimos, y sus transformaciones (del color al control remoto, de la televisión inteligente al streaming y a la alta definición) cambiarían para siempre la vida cotidiana.

“La tele nace en la Argentina por iniciativa de un tipo que, hasta muy poco tiempo antes, hasta 1947, había sido uno de los pioneros de la radio y en ese entonces era director de Radio Belgrano: Jaime Yankelevich”, dice a Télam el periodista y especialista en medios Carlos Ulanovsky, autor junto a Silvia Itkin y Pablo Sirven de “Estamos en el aire. Una historia de la televisión en la Argentina”.

“Uno de los hijos de Yankelevich, Miguel, estaba muy grave. Era muy joven pero hablaba inglés, leía revistas especializadas y estaba bastante al tanto de lo que era la televisión. En su lecho de enfermo le pidió a su padre que trajera la televisión a la Argentina. Y don Jaime cumplió con ese mandato”, relata Ulanovsky.

Miguel moriría por una peritonitis en febrero de 1949 con sólo 18 años. Pero su sueño se haría realidad. La Argentina pasaría a integrar el selecto club de los ocho países que disponían de la novedad, junto a los Estados Unidos (cuyo modelo fue tomado como referencia), Cuba, Brasil, México, Alemania, Gran Bretaña y Francia.

Yanlkelevich fue a ver a Eva Perón, a quien conocía porque le había dado las primeras oportunidades artísticas en radio Belgrano. “Con el estilo que se dice que Evita tenía, de mucha afirmación, le dijo a Yankelevich, con quien tenía mucha confianza: ‘está todo bien con la televisión, pero quiero que empiece el 17 de octubre’”, comenta Ulanovsky.

 

Sin participación activa del Estado y decisión política que acompañara el proyecto, la televisión era imposible. Y Yankelevich lo sabía, por eso se aseguró el apoyo oficial.

“Quienes más hicieron para que la televisión sea una realidad fueron Evita y el ministro de Comunicación, Oscar Nicolini. Hubo un mes y medio de preparación antes del 17 de octubre de 1951. Finalmente, el acto de la Lealtad Peronista se televisó con tres cámaras, desde muy temprano y desde la Plaza de Mayo”, recuerda el periodista.

Con la radio ocupando el centro de gravedad del universo mediático, la televisión era mirada de reojo, con una mezcla de expectativa y desconfianza. En el gobierno surgido de la movilización popular del 17 de octubre de 1945, Eva Perón era la más entusiasta con el desarrollo del nuevo medio.

“Supongo que Evita apostó a la televisión porque era lo nuevo. Perón, en cambio, estaba más seducido por la radio. Cuando lo derrocaron se encontraron miles de mensajes suyos grabados para la radio”, explica el autor de “Televisión Argentina: 25 años después”.

Y agrega: “Entre el nacimiento de la tele en 1951 hasta el derrocamiento de Perón en 1955 hubo un gran apoyo al desarrollo de la televisión, en algún momento se importaron entre 6.000 y 7.000 aparatos de TV. Eran una especie de cajones, unos mamotretos de marca Capheart, Zenith o Dumont”.

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