Viruela del Mono en Argentina: 22 Casos Confirmados y Preocupación por el Avance de la Enfermedad

El Ministerio de Salud de la Nación informó que ya se han confirmado 22 casos de viruela del mono en Argentina, de los cuales 21 son varones y solo una mujer. Dos de estos pacientes se encuentran internados debido a complicaciones en su cuadro clínico.

En cuanto al contexto internacional, los números son preocupantes: se han registrado 17.541 casos de viruela del mono en 12 países de África, de los cuales 517 han sido fatales. Esto implica que la enfermedad presenta una tasa de letalidad del 2,9% en dicho continente.

En Argentina, aún no se ha podido establecer un vínculo claro que explique la mayoría de los casos. Sin embargo, cinco de los pacientes confirmados tienen antecedentes epidemiológicos recientes: o bien han viajado a otros países, o bien han estado en contacto con personas que viajaron al exterior. El resto de los casos siguen bajo estudio. Los infectados en el país tienen entre 20 y 49 años, y solo una persona ha viajado a Brasil recientemente. El primer caso se detectó a fines de julio, pero desde entonces las consultas médicas relacionadas a la viruela del mono ya alcanzan las 96.

Síntomas de la Viruela del Mono

La viruela del mono comparte algunos síntomas comunes con otras enfermedades virales, tales como:

• Malestar general
• Fiebre
• Escalofríos
• Cefalea
• Dolor de garganta
• Mialgia (dolor muscular)
• Dolor de espalda
• Fatiga
• Linfadenopatía (inflamación de los ganglios linfáticos)
• Tos seca
• Náuseas y vómitos
• Conjuntivitis

Los casos graves pueden presentar complicaciones adicionales, como ulceración corneal, trastornos de la coagulación, dificultades respiratorias y disfunción multiorgánica. Según la doctora Valeria El Haj, directora médica de OSPEDYC, estos síntomas suelen durar entre 2 y 4 semanas. Además, las lesiones cutáneas, típicas de la viruela, suelen curarse en un período de 14 a 21 días.

¿Cómo se Manifiesta la Enfermedad?

La viruela del mono se presenta con una erupción cutánea que comienza como máculas y pápulas, que luego se transforman en vesículas y pústulas. Estas lesiones, que suelen concentrarse en las extremidades, la cabeza, el torso y los genitales, eventualmente forman costras que caen por sí solas. La cantidad de lesiones puede variar entre 25 y más de 100.