Huerta y JardínLa Pampa

Un hombre de General Pico cosechó zapallos gigantes

Un vecino de la ciudad pampeana de General Pico cosechó en su huerta dos zapallos de un importante tamaño, pesan entre 80 y 100 kilos cada uno.

Se trata del productor «Fito» Managó, quien hace pocos días, cosechó dos zapallos gigantes, y los fotografió al lado de una carretilla, para que se pudiera percibir las dimensión que tienen. Del túnel en el que estaban sembrados los tuvo que «sacar rodando».

Hace unos 20 años inició una huerta a la vera de la ruta provincial 1, a metros de la rotonda del Aeroplano de esta ciudad. En ese lugar, la principal actividad es la producción de lechuga, que llega a las verdulerías de General Pico. Sin embargo, hace un tiempo comenzó a producir zapallos, pero no con fines comerciales.

«Es un hobby que tengo. Hace seis años empecé a buscar la semilla de estos zapallos y no era fácil encontrarla porque son importadas. Hace unos tres años conseguí unas diez semillas y la primera vez que las sembré, saqué un zapallo de 84 kilos. Hacía dos años que no sembrada y para no perder la semilla, sembré otra vez, y logré zapallos superiores a los del anteaño pasado, que pesan entre 80 y 100 kilos», comentó el productor al diario pampeano La Arena.

Managó explicó que esta variedad de zapallos, con todos los cuidados, pueden llegan a pesar unos 200 kilos. Sin embargo, en su caso, no les dedicó la atención para que llegaran a ese tamaño.
Este tipo de plantas, explicó el productor, «pueden llegar a dar hasta diez zapallos de hasta 40 kilos cada uno». Por eso, «se los voy sacando para sacar uno o dos por plantas», que lleguen al tamaño que tuvieron estos últimos. «Cada ocho o diez metros pongo dos semillas, y la planta que tiene más fuerza, la dejo. Es algo que me gusta, porque me crie en las huertas», dijo.

Estos zapallos, según indicó, «no son para el consumo», porque no tienen la calidad de un zapallo anco, dado que, a mayor tamaño, pierden el sabor. Sin embargo, sirven «para hacer dulce», y contó que va a donarlo para estos fines.

«Son para hacer dulce. Yo los voy a donar ya tengo gente que me los pidió. Se los doy con la condición de que me guarden la semilla para no perderlos. Estos zapallos pueden llegar hasta 200 kilos, pero hay que hacerles un cuidado especial. Yo en cambio, una vez que llegan a los 40 kilos, los dejo. Les hago alguna fertilización con abono cuando los siembro, y nada más», dijo.

Managó explicó que su huerta, sin embargo, no está enfocada a la producción de zapallos, sino a la de lechuga. Si bien atiende algún túnel con tomates, prevalece en el terreno la verdura de hoja.

Hace dos décadas que tiene la huerta, y en la actualidad, trabaja unos 13 «invernaderos de lechuga» y otros túneles más que suman otra verdura, que está reservada al consumo familiar.

«Nos dedicamos exclusivamente a la lechuga para la venta. El verano no fue muy bueno y perdimos muchos plantines. Ahora lo estamos haciendo la producción con una lechuga importada y tenemos una buena cosecha. Es un tema muy difícil. La producción la vendemos en las verdulerías de Pico y algún camión siempre nos compra», señaló.

«Nos dedicamos solo a eso porque no podés hacer una huerta mixta si querés competir con la gente que trae de afuera. En cambio, con un monocultivo y varios invernaderos, sí podés competir, porque desde tu huerta la lechuga va a góndola, y la que viene de afuera pasa por varias manos», finalizó.

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