Ciencia

La NASA descubre el misterio del Triángulo de las Bermudas

El Triángulo de las Bermudas es desde hace décadas un lugar donde según han desaparecido barcos y aviones sin una explicación aparentemente lógica.

Por Luis Gerardo Serrano León – Es una zona delimitada entre las Islas Bermudas, Puerto Rico y Miami en Estados Unidos. Entre estas zonas se forma un triángulo equilátero imaginario que cubre un área de 1.1 millones de kilómetros cuadrados.

Sin embargo, a pesar de lo que digan los investigadores de lo paranormal y los creyentes en teorías de la conspiración, es cierto que en esta zona entre 1945 y 1965 solo cinco aviones se estrellaron en la zona. Y 10 barcos se hundieron o desaparecieron entre 1800 y 1963. Lógicamente, teniendo en cuenta el tamaño de este mito, muchas menciones, sobre todo online, hacen referencia a listas mucho más largas.

Ante los ojos de los científicos las desapariciones en el Triángulo de las Bermudas tienen explicaciones mundanas desde huracanes hasta fallos mecánicos y eléctricos.

Triángulo de las Bermudas espacial

Pero si volteamos hacia el cielo, podemos explorar otro fenómeno similar al famoso Triángulo de las Bermudas donde las naves y satélites resultan con afectaciones extrañas y estragos en sus instrumentos.

El físico de la NASA John Tarduno, a quien no le gusta el mote de Triángulo de las Bermudas espacial ha resuelto el misterio de este fenómeno. Él prefiere llamarlo Anomalía del Atlántico Sur (ASS).

La Anomalía del Atlántico Sur es una vasta región que sobrevuela el Atlántico Sur, entre Chile y Zimbabwe y se asienta en el punto donde el cinturón de radiación de Van Allen se acerca a la superficie de la Tierra.

En esta área, el campo magnético de la Tierra tiene un punto débil que se cierne sobre Sudamérica y el sur del Océano Atlántico, explicó Tarduno.

Esto significa que las partículas de los rayos cósmicos solares no son retenidas en el Triángulo de las Bermudas espacial del mismo modo que en otras partes del planeta. Esta irregularidad provoca que la radiación de los rayos solares se acerquen más, hasta 200 kilómetros de la superficie de nuestro planeta.

Cuanto más intensa es la radiación solar, mayor es el flujo de partículas energéticas en el Atlántico

La Tierra tiene dos cinturones de Van Allen, que son dos anillos con partículas cargadas que rodean nuestro planeta, que se mantienen en su lugar por el campo magnético de la Tierra. Debido a que estos cinturones atrapan las partículas que salen disparadas de la superficie del sol, terminan protegiendo la superficie del planeta de la radiación dañina.

No me gusta el apodo del Triángulo de las Bermudas, pero en esta región, la menor intensidad del campo geomagnético acaba provocando una mayor vulnerabilidad de los satélites a las partículas energéticas. Hasta el punto de que podrían dañar las naves espaciales que pasan por la zona, explicó John Tarduno.

Por lo tanto, los satélites que pasen por el Triángulo de las Bermudas espacial experimentarán mayores cantidades de radiación hasta el punto de que podrían producirse daños. Porque hay radiación más intensa aquí que en cualquier otro lugar en órbita.

Daños en equipo espacial

Precisamente esto sucedió en la Estación Espacial Internacional la cual ha tenido que apagar su red varias veces a bordo.

Algunos astronautas incluso informaron que vieron luces blancas parpadeantes extrañas, cuando los sistemas electrónicos fallaban. Es por eso que los ingenieros toman todas las precauciones para protegerlos cuando atraviesan esta extraña área del planeta.

Lo mismo ocurre con el telescopio Hubble, que atraviesa el Triángulo de las Bermudas espacial (o Anomalía del Atlántico Sur) 10 veces al día. Y, además, permanece allí el 15% de su tiempo. Cuando está ahí, Hubble no puede recopilar datos y se toma un descanso.

Está creciendo.
Por otro lado, Weijia Kuang y Andrew Tangborn, miembros del Centro Goddard de la NASA trabajan en el Proyecto Aguas Azules. Es un equipo que predice cambios en el campo geomagnético, particularmente en la Anomalía del Atlántico Sur. Esto para ayudar a que los satélites funcionen sin problemas por la zona.

Ambos indicaron que la Anomalía del Atlántico Sur se está moviendo hacia el este y también está aumentando de tamaño.

Según sus cálculos y previsiones, en cinco años su área de influencia aumentará alrededor de un 10% respecto a 2019.

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