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Argentina actualiza normas sanitarias: permiten el ingreso de ciertos cortes de carne con hueso a la Patagonia

El Gobierno nacional, a través del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), publicó este viernes la Resolución 460/2025 que establece nuevas condiciones para el ingreso de carnes con hueso plano a la Patagonia. La medida, vigente desde su publicación en el Boletín Oficial, permite parcialmente el traslado de cortes como el asado y el costillar bajo estrictos controles sanitarios. El cambio busca actualizar criterios técnicos y responder a demandas regionales sin comprometer el estatus sanitario internacional de la región.

La nueva resolución modifica una normativa vigente desde 2002, cuando la Patagonia fue declarada zona libre de fiebre aftosa sin vacunación. Desde entonces, estaba prohibido el ingreso de carne con hueso desde otras zonas del país, incluso aquellas con reconocimiento internacional por su control sanitario. Ahora, se permite únicamente el ingreso de cortes con huesos planos —como el asado y el costillar—, siempre que provengan de animales nacidos, criados y faenados en zonas libres de fiebre aftosa con vacunación.

«Es un avance técnico y comercial que equilibra la salud animal con las necesidades del mercado interno» , afirmó Pablo Cortese, presidente de SENASA, al momento de firmar la resolución.

Los requisitos incluyen maduración controlada de la carne, empaque hermético, trazabilidad absoluta del origen animal y transporte en vehículos habilitados bajo protocolos de bioseguridad. Además, solo será válida para consumo interno en la región patagónica, sin posibilidad de reexportación.

La Argentina está dividida en cuatro zonas sanitarias frente a la fiebre aftosa, tres de ellas reconocidas como libres sin vacunación (Patagonia, Patagonia Norte A y Valles de Calingasta) y una con vacunación regular (Centro Norte y Cordón Fronterizo). Esta diferenciación es clave para el comercio internacional y ha sido históricamente defendida por el sector agroexportador.

Sin embargo, en los últimos años, autoridades de las provincias patagónicas plantearon la necesidad de revisar ciertas restricciones internas, especialmente en relación con productos cárnicos. Las consultas fueron canalizadas ante la OMSA y derivaron en una actualización del Código Terrestre, lo cual posibilitó esta flexibilización dentro de un marco técnico y seguro.

La resolución aclara que no se trata de un levantamiento generalizado de la barrera sanitaria, sino de una excepción puntual. Quedan fuera de esta autorización los cortes con huesos largos, como el lomo con hueso o el osobuco. También se prohíbe el ingreso de carne congelada, medias reses o animales vivos.

Cada envío deberá cumplir con monitoreo documental, inspecciones presenciales y controles de temperatura durante el trayecto. Las plantas frigoríficas deberán obtener una autorización especial y ajustarse a un protocolo técnico validado previamente por SENASA.

La disposición alcanza a todas las provincias ubicadas al sur del río Colorado: Río Negro, Neuquén, Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego, así como al partido de Patagones, en Buenos Aires, situado al sur del mismo límite natural. Este criterio responde a la necesidad de mantener el estatus sanitario diferencial de la región, valorado tanto en el ámbito nacional como internacional.

La medida beneficiará principalmente a productores del centro-norte del país que podrán ampliar su mercado interno hacia la Patagonia, uno de los principales destinos turísticos del país y con alta demanda de productos cárnicos de calidad. Transportistas y comercializadores también verán modificadas sus operaciones, ya que deberán adaptarse a nuevos requisitos de carga y transporte.

«Es un primer paso importante. Si bien aún hay limitaciones, esta apertura podría sentar precedente para futuras revisiones» señaló un representante de una cámara gremial del sector cárnico que prefirió mantenerse en el anonimato.

Desde el sector ganadero regional, hubo expresiones de prudencia. «Celebramos la apertura pero insistimos en que debe haber controles rigurosos para no poner en riesgo nuestra categoría sanitaria, que nos permite exportar con ventaja competitiva» , indicó un representante de un consorcio rural neuquino.

Además de la carne, la resolución incluye pautas sobre el ingreso de material reproductivo. Los embriones in vitro de bovinos y bubalinos deberán cumplir con las recomendaciones de la OMSA, y las hembras donantes no deben haber presentado síntomas de fiebre aftosa en los tres meses previos. Para el semen de rumiantes y cerdos domésticos, se exige que los donantes hayan permanecido al menos tres meses en zonas libres con vacunación, además de pruebas negativas de anticuerpos.

La entrada en vigor de la Resolución 460/2025 marca un punto de inflexión en la gestión sanitaria del país. No solo responde a demandas técnicas y regionales, sino que también refleja la capacidad del Estado argentino para actualizar sus normas en función de criterios científicos y necesidades del mercado interno.

Mientras algunos ven en esta decisión una apertura prometedora, otros advierten sobre la importancia de no relajar estándares que han tomado años consolidar. En este contexto, el desafío será garantizar el balance entre desarrollo económico y sanidad animal, sin perder de vista el posicionamiento internacional del sector agroindustrial argentino.

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