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Ante la crisis empresas de colectivos de larga distancia, temen por la continuidad del servicio

Mediante una Carta Documento dirigida al presidente Mauricio Macri que llegó a Casa Rosada, los empresarios de colectivos de larga distancia le hicieron llegar sus reclamos al primer mandatario. Aunque no puede ser tomada como una intimación, el tono de la carta y la advertencia de que no pueden asegurar los servicios de pasajeros, la convierten en un ultimátum.

«En representación y siguiendo expresas instrucciones de nuestras empresas asociadas (40), a los efectos de poner en su conocimiento que dichas empresas transportistas se encuentran atravesando una situación crítica de extrema gravedad que compromete el funcionamiento», dice la carta que cuenta con la firma de Mario Verdeguer, presidente de la Cámara Empresaria de Transporte Interurbano en Jurisdicción Nacional de Pasajeros (Celadi).

 

 

Según los empresarios, la situación de las compañías, que funcionaron con subsidios hasta el 31 de diciembre de 2016, es tan extrema que no se descarta la posibilidad de que no se pueda cumplir con los servicios que tienen que brindar, o de tener imposibilidad para pagar sueldos y deudas impositivas y comerciales.

En ese sentido, la lista de temas a resolver cuenta con problemáticas tributarias, laborales y sobre todo, regulatorias. Incluso, cuando acusan que por más que son el medio de transporte más utilizado por la Argentina, no tienen subsidios como sí sus competidores Aerolíneas Argentinas y Austral, que cuentan con millones de dólares anuales.

 

 

De esa manera, razonan, ofrecen pasajes a precios que serían imposibles si la compañía estatal tuviera que cerrar sus cuentas en cero. Acostumbrada al rojo, razonan, Aerolíneas ha ido directamente sobre sus pasajeros. Sin embargo, esa larga lista de reclamos estuvo adormecida, anestesiada por la dulce somnolencia que producen los subsidios en los empresarios argentinos.

Después de años de compensaciones estatales (combustible más barato, aporte a los sueldos de los empleados y dinero por competir por tierra con los aviones), el sector está lleno de empresarios millonarios y empresas en quiebra, las cuales, sin aquel anabólico estatal deberán afrontar las «reformas” necesarias postergadas por años que ahora se vuelven urgentes.

La misiva demuestra, además, la mala relación que existe entre los empresarios y el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich: «Todo esto se ha puesto reiterada y detalladamente en conocimiento del ministro y de sus funcionarios dependientes, sin que a la fecha haya obtenido respuestas mínimamente satisfactorias que permitan afrontar la crisis indicada», informa la Celadi.

 

 

«El Estado Nacional ha retirado injusta y desigualitariamente por vía de hecho diversas compensaciones y beneficios que coadyudaban al funcionamiento del sistema», aseguran y reclaman otros beneficios que tienen que ver con la regulación. Dicen, por ejemplo, que los permisos para operar están vencidos desde hace años y que las empresas han caído en una enorme precariedad jurídica.

Los empresarios le recuerdan a Macri que los colectivos llegan a 900 localidades y trasladan anualmente 37 millones de pasajeros mientras que los aviones no unen más de 50 destinos y mueven por año, 12 millones de personas. «Solicitamos al Señor Presidente que proceda a atender con la premura y eficacia suficientes lo requerido y se evite el colapso del sistema del transporte automotor de pasajeros de larga distancia», finaliza la carta documento.

 

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