Una ola polar azota Argentina: temperaturas bajo cero y nevadas afectarán gran parte del país
Una masa de aire extremadamente frío avanza desde la Patagonia hacia el centro del país, trayendo consigo temperaturas bajo cero, heladas generalizadas y nevadas. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) advierte que este fenómeno afectará a gran parte de Argentina durante el fin de semana y los primeros días de la próxima semana.

Desde este sábado, una ola polar comenzó a hacerse sentir en la región patagónica con un brusco descenso térmico. Las temperaturas mínimas oscilan entre -10 °C y 2 °C, mientras que las máximas apenas alcanzan entre -2 °C y 12 °C en algunas localidades.
Según informó el Servicio Meteorológico Nacional, “los vientos del sur comienzan a intensificarse en la Patagonia, esto relacionado con este ingreso de aire frío que va a dejar ya desde el sábado y sobre todo el domingo en la mañana temperaturas mínimas muy bajas”.
En zonas altas, los valores pueden ser incluso inferiores, lo cual eleva el riesgo para la población y el ganado, especialmente en áreas rurales donde el acceso a servicios básicos puede verse comprometido.
Durante el domingo, el frente frío comenzará su avance hacia el centro del país, extendiéndose acompañado por vientos intensos. Para el lunes, se espera que el frío alcance su punto máximo en la zona central, con temperaturas bajo cero y heladas generalizadas desde la madrugada.
«Gran parte de la zona central de Argentina va a tener un amanecer de lunes con temperaturas bajo cero y heladas», alertó el SMN, destacando que esta situación es inusual para estas latitudes y podría generar condiciones climáticas extremas en regiones densamente pobladas.
La previsión indica que caerá nieve en toda la provincia de Tierra del Fuego, Santa Cruz y en el centro y oeste de Chubut, aunque con menor intensidad en el este de esta última provincia. Comodoro Rivadavia y Trelew son algunas de las ciudades donde se esperan precipitaciones de nieve.
Además, volverá a nevar en el centro y oeste de Río Negro, lo que podría provocar interrupciones en rutas y dificultades para el transporte terrestre, especialmente en tramos montañosos o rurales.
Este evento climático se origina en una masa de aire polar que, según explican los especialistas, no es común en esta época del año. Si bien el frío es típico de invierno, la intensidad de esta ola polar y su llegada anticipada han generado preocupación tanto en el ámbito científico como en el gubernamental.
No se registraban temperaturas tan extremas en el centro del país desde hace varios años, lo que convierte este episodio en un fenómeno notable en términos meteorológicos.
Las autoridades nacionales y locales ya han activado protocolos de emergencia para mitigar los efectos del frío extremo. Se recomienda a la población mantenerse abrigada, evitar salidas innecesarias durante la noche y verificar el estado de las calles y rutas antes de viajar.
Los sectores más vulnerables, como adultos mayores, niños y personas sin techo, están siendo priorizados por organismos sociales y Defensa Civil. En tanto, hospitales y centros de salud están en alerta por posibles casos de hipotermia y enfermedades respiratorias.
El fenómeno no se detendrá en el centro del país. La masa de aire frío continuará su avance hacia el norte argentino, donde entre el lunes y el martes se esperan valores térmicos muy bajos e incluso heladas en provincias que habitualmente no sufren este tipo de eventos, como Santiago del Estero, Catamarca o partes de Córdoba.
Esta extensión geográfica inusual subraya la magnitud del sistema climático que atraviesa el país y sus posibles consecuencias en la agricultura, el transporte y la energía.
La ola polar que azota Argentina nos recuerda la imprevisibilidad y el poder de los fenómenos climáticos. Mientras las instituciones trabajan para garantizar la seguridad de la población, el evento también plantea nuevos desafíos en materia de planificación urbana, infraestructura y adaptación al cambio climático.
En los próximos días, el país estará atento al termómetro. Y aunque el frío pueda parecer solo un capricho del clima, su impacto será una prueba más de cuán conectados estamos con los cambios en nuestro entorno natural.