Tribunal de Revisión revocó el límite de 25 años para la condena de Kielmasz
El Tribunal de Revisión revocó la sentencia que había fijado en 25 años el límite temporal de la pena de prisión perpetua que cumple el imputado Claudio Kielmasz por su participación en el triple crimen cometido en Cipolletti en 1997.
Los jueces del Foro de Roca Daniel Tobares, Emilio Stadler y Oscar Gatti coincidieron en revertir lo dispuesto en febrero por el juzgado de Ejecución Penal N° 10 y establecieron que, a la luz de la ley vigente al momento de dictarse la condena, la perpetua sólo se podrá considerar agotada si Kielmasz obtiene en un futuro la libertad condicional y, desde ese momento, respeta por un plazo de 5 años ininterrumpidos todas las pautas de conducta que se le impongan.
El tribunal precisó en su resolución que Kielmasz fue condenado a perpetua en 2001. En 2017 su defensor oficial, Gustavo Viecens, solicitó que se establezca judicialmente la duración de su pena afirmando que las penas a perpetuidad violan la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales que la integran. En ese razonamiento, el juez de Ejecución Juan Pablo Chirinos estableció en 25 años el límite temporal de la pena.
Contra aquella decisión recurrieron el Fiscal de Ejecución Miguel Fernández Jahde y el abogado por la parte querellante, Marcelo Hertzriken Velasco. Tras analizar los planteos de las partes, el Tribunal de Revisión hizo hoy lugar al recurso.
Los jueces compartieron lo resuelto por el Superior Tribunal de Justicia en precedentes similares, en el sentido de que “nadie puede estar condenado a perpetuidad sin tener en algún momento la posibilidad de obtener la libertad condicional, pues ello iría en contra del principio resocializador de la pena”. Sin embargo, recalcaron que el máximo tribunal provincial, en aquellos fallos, no estableció ningún límite temporal a las penas de prisión perpetua sino que se limitó a fijar los plazos necesarios para poder solicitar el beneficio de libertad condicional.
Los jueces de Revisión sostuvieron que en el caso de Kielmasz, su tiempo necesario para poder solicitar la libertad condicional “emerge con absoluta claridad” del texto del Código Penal que estaba vigente en 2001. Aquella redacción originaria (aplicable por el principio de ley penal más benigna) “decía que el condenado a prisión perpetua podrá obtener su libertad condicional a los 20 años de prisión” y 5 años después de obtenida la condicional, siempre que hubiere cumplido las reglas impuestas para todo ese período, la pena se podrá declarar agotada. Eso hace, según razonó el Tribunal, que la pena de prisión perpetua que cumple Kielmasz sea “por tiempo indeterminado pero perfectamente determinable a partir de la obtención de su libertad condicional, para el caso de estar en condiciones de acceder a la misma y que efectivamente se le conceda dicho beneficio”.
“No existe ninguna disposición penal en el Derecho Argentino que establezca la necesidad de fijar el límite temporal a la pena de prisión perpetua”, sostuvo el Tribunal de Revisión invocando como ejemplo lo resuelto por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y la Corte Suprema de Buenos Aires con respecto al condenado Carlos Eduardo Robledo Puch.