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Rusia endurece el asedio sobre Kiev y otras ciudades

Ucrania afirmó que las fuerzas rusas destruyeron el aeropuerto de Vasylkiv, a 40 kilómetros de la capital y que se mantienen los bombardeos sobre los suburbios. En tanto, los blindados de Moscú avanzan desde el noreste.

Las fuerzas rusas mantenían este sábado el cerco alrededor de Kiev y bombardearon áreas civiles de otras ciudades ucranianas, como Mikolaiv y Mariupol, en una situación humanitaria desesperada tras casi dos semanas de asedio, mientras el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, acusaron al Kremlin de no tener intención de «parar la guerra» durante una conversación con el mandatario ruso Vladimir Putin.

La ofensiva comandada por Moscú desde el 24 de febrero destruyó el aeropuerto de Vasylkiv, unos 40 kilómetros al sur de la capital, donde un depósito de combustible se prendió fuego, según el alcalde de esa ciudad.

Los suburbios del noroeste de la capital, como Irpin y Busha, llevan días bajo las bombas rusas, mientras los blindados de Moscú avanzan por el eje del noreste.

Las autoridades de Kiev ofrecen transporte para que los habitantes de los alrededores lleguen a la urbe e iniciaron un acopio de productos de primera necesidad para evitar faltantes antes que se complete el cerco de las fuerzas rusas.

«La capital, cerca de la cual continúan los combates, se prepara para la defensa. Seguimos reforzando los puntos de control. Creando reservas de productos, medicamentos y bienes de primera necesidad», aseguró el alcalde Vitaliy Klitschko en su cuenta de Telegram.

Los servicios ucranianos indicaron que siete personas, entre ellas un niño, murieron el viernes en un bombardeo ruso, cuando estaban siendo evacuadas cerca de Kiev.

El ejército ucraniano indicó que las tropas rusas centran sus esfuerzos en la capital, en Mariupol y en varias localidades en el centro como Krivoi Rog, Kremenchuk, Nikopol o Zaporiyia.

Medios locales indicaron también la activación de las sirenas antiaéreas en Odesa, Dnipro y Jarkov, consignó la agencia de noticias AFP.

El Gobierno ucraniano denunció que una mezquita de Mariupol en la que había refugiados unos 80 civiles, incluidos ciudadanos turcos, había sido bombardeada, pero la información fue desmentida luego por una autoridad del lugar de culto

Después de 12 días de asedio, gran parte de la atención se centra en Mariupol, en el mar de Azov, donde los habitantes están incomunicados, sin agua, gas o electricidad e incluso se pelean para conseguir alimentos, según contaron desde el terreno la Cruz Roja y Médicos Sin Fronteras.

«Las tropas rusas no dejaron entrar nuestra ayuda a la ciudad», afirmó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, prometiendo que intentará nuevamente enviar suministros.

«Mariupol, asediada, es actualmente la peor catástrofe humanitaria del planeta. 1.582 civiles muertos en doce días, enterrados en fosas comunes como ésta», dijo el jefe de la diplomacia de Ucrania, Dmytro Kuleba, en un tuit acompañado por la foto de una zanja con cadáveres.

El Gobierno ucraniano denunció que una mezquita de Mariupol en la que había refugiados unos 80 civiles, incluidos ciudadanos turcos, había sido bombardeada, pero la información fue desmentida luego por una autoridad del lugar de culto.

El Gobierno prevé evacuar civiles de Mariupol a través de un corredor humanitario hasta Zaporiyia, 200 kilómetros al noreste.

Hasta ahora fracasaron todos los intentos para evacuar de forma masiva a los civiles, con acusaciones cruzadas entre las partes de haber violado la tregua necesaria para permitir la salida de vehículos particulares y micros.

Por su parte, el Ministerio de Defensa ruso afirmó que la situación humanitaria se está degradando «rápidamente» en Ucrania y que algunas ciudades, en particular Mariupol, vivían una situación «catastrófica».

El general Mijail Mizintsev, del Centro de Control de Defensa Nacional ruso, acusó a «nacionalistas» ucranianos de sembrar minas en zonas residenciales y destruir infraestructuras, incluidos carreteras y puentes, dejando a la población sin electricidad, agua, comida y medicamentos.

La crisis humanitaria se agrava, con más de 2,6 millones de personas exiliadas, de las cuales cerca de 1,6 millones están en la vecina Polonia

En tanto, el presidente ucraniano les pidió ayuda a Francia y Alemania para liberar al alcalde de Melitopol, supuestamente secuestrado por las fuerzas rusas que ocuparon la ciudad, horas después de que unas 2.000 personas salieran a las calles a reclamar lo mismo.

En una conferencia de prensa en Kiev, Zelenski destacó de todos modos que Rusia adoptó un «enfoque fundamentalmente diferente» en las negociaciones y que Moscú ya no se limita a «dar ultimátums», por lo que se siente «feliz de recibir una señal de Rusia», luego de que Putin dijera que vio «pasos positivos» en las últimas negociaciones bilaterales.

Zelenski confirmó que al menos 1.300 militares ucranianos murieron desde el comienzo de la invasión rusa al país. El balance es una de las primeras estimaciones concretas proporcionadas por el Ejecutivo sobre el número de bajas provocadas por la ofensiva rusa.

Además, dijo que 12.000 militares rusos fallecieron, una cifra que ya había dado horas antes el Estado Mayor ucraniano, aunque no está confirmada por el Kremlin.

El 2 de marzo, el ejército ruso afirmó haber perdido, por su parte, a 500 soldados, una cifra que no actualizó desde entonces.

En tanto, en la ciudad de Mikolaiv, en el sur del país, un hospital fue alcanzado por un bombardeo y muchos de los residentes tuvieron que huir, según la denuncia de las autoridades ucranianas.

«Están atacando zonas civiles, sin ningún objetivo militar», dijo el jefe del hospital, Dmytro Lagochev. «Aquí hay un hospital, un orfanato y una clínica oftalmológica», añadió.

La crisis humanitaria se agrava, con más de 2,6 millones de personas exiliadas, de las cuales cerca de 1,6 millones están en la vecina Polonia.

NEGOCIACIONES DESDE OCCIDENTE

Mientras tanto, las potencias occidentales continúan presionando a Moscú para que decrete un cese al fuego mediante conversaciones esporádicas con el Kremlin y sanciones económicas.

Macron y Scholz hablaron con Putin durante una hora y media y le volvieron a pedir a Rusia un «alto el fuego inmediato» y que «levante el asedio» Mariupol, donde la situación es «humanamente insostenible», señaló el Eliseo, según consignó la agencia de noticias AFP.

Putin, por su parte, habló de «asesinatos extrajudiciales de opositores», «toma de rehenes por parte de civiles» y su «uso como escudos humanos», así como el «despliegue de ‘armas pesadas en áreas residenciales, cerca de hospitales, escuelas y guarderías’, según un comunicado del Gobierno ruso.

Estas acusaciones fueron calificadas de «mentiras» por la Presidencia francesa.

Previamente, Macron había advertido de más «sanciones masivas» si Moscú intensifica los bombardeos o asedia Kiev, sin descartar incluso prohibir las importaciones de hidrocarburos de Rusia, de los que depende el mercado energético europeo.

Alemania anticipó que quiere prescindir del petróleo ruso de aquí a final de año, y del carbón en otoño boreal, aunque reconoció que es más difícil la situación con el gas que representa el 55% de su suministro total.

Además de la presión económica, los países occidentales enviaron material militar a Ucrania, pero evitan una confrontación directa entre la OTAN y Moscú que, en palabras del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, provocaría «la Tercera Guerra Mundial».

«Hemos advertido a Estados Unidos de que la entrega de armas que están orquestando desde una serie de países no solo es un acto peligroso, sino que convierte a estos convoyes en objetivos legítimos», indicó el viceprimer ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguei Ryabkov en una entrevista con el canal de televisión Pervy Kanal.

Fuente
AFP
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