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Qatar 2022, el primer Mundial sin Maradona: la historia de Diego en la máxima cita del fútbol

Jugador, hincha, entrenador y conductor. Gloria eterna y las más grandes frustraciones. El vínculo del Diez y la Copa del Mundo tuvo absolutamente de todo a lo largo de los años.

Por Federico Giannetti (NA) – El Mundial de Qatar 2022 será el primero sin la presencia física de Diego Armando Maradona, fallecido el 25 de noviembre de 2020, quien protagonizó un sinfín de historias en todos los roles posibles desde su primera participación en España 1982.

«Mis sueños son dos, el primero es jugar un Mundial y el segundo es salir campeón…», expresó Maradona en 1970, con 10 años, en su primera aparición en televisión cuando jugaba en las inferiores de Argentinos Juniors.

Esas imágenes se grabaron en todas las retinas a lo largo de los años, pese a que el vínculo del «Diez» con la Copa del Mundo no comenzó de la mejor manera -aunque es de público conocimiento cómo logró revertirlo hasta hacerse dueño de la gloria-: en 1978, el entrenador César Luis Menotti tomó la decisión de no incluirlo en la lista a 12 días del inicio del certamen, lo que significó un duro golpe para un joven Diego de 17 años.

«Aquel día me quedé a cenar y cuando salgo del predio, solo, estaba oscuro, hacía mucho frío y escuché que alguien lloraba. Tuve la imagen más fuerte que recuerde: era Maradona, sentado al lado de un árbol llorando desconsoladamente. Le dije lo obvio. ‘¿Sabés los Mundiales que vas a jugar vos?’, y ese tipo de cosas que uno dice para consolar a un chico. Pero él me contestaba, llorando: ‘¿Cómo se le digo a mi papá?’», contó Carlos Ares, ex periodista de El Gráfico, en el libro «Vivir en los medios» de Leandro Zanoni.

No fue el inicio soñado, aunque un año después tuvo una primera leve revancha al consagrarse campeón en el Mundial juvenil de 1979, hasta que le llegó la oportunidad en la mayor en 1982.

En el torneo disputado en España, todavía con Menotti en el banco de suplentes, Maradona tuvo su estreno, ya consolidado como una figura del fútbol, pero su desempeño y el del seleccionado estuvieron lejos del esperado: convirtió dos goles, ambos a Honduras, y Argentina fue eliminada en segunda fase.

“No estábamos bien en lo físico. Yo llegué con mucha carga de entrenamientos. Tuvimos varios meses de concentración, pero jugamos pocos partidos”, explicó alguna vez el propio Maradona.

Además, en España sufrió su primera y única expulsión en un Mundial, en el último partido, que fue una dura derrota por 3 a 1 ante Brasil, por un planchazo a los 40 minutos del segundo tiempo contra Batista que graficó su impotencia.

Pero en 1986 todo cambió: en México, al compás de sus gambetas, la albiceleste llegó a lo más alto y Diego, con baile a Inglaterra incluido, no se cansó de hacer historia.

Bajo el mando de Carlos Salvador Bilardo y tras llegar a la Copa del Mundo al lograr la clasificación con lo justo, en medio de fuertes críticas, Argentina ganó seis partidos y empató el restante, mientras que los goles de Maradona a los ingleses, conocidos como «La mano de Dios» y «El gol del siglo», fueron la frutilla del postre de una coronación que se dio ante Alemania con un triunfo por 3 a 2 en la final.

En Italia 1990, el «Diez» sufrió un fuerte golpe en su tobillo izquierdo durante un partido frente a Rumania en la primera fase, por lo que debió infiltrarse para jugar el resto del torneo pese a sufrir una tremenda inflamación en la zona.

Antes del recordado clásico con Brasil, en el que asistió al «Pájaro» Cladio Paul Caniggia, Maradona declaró que «jugaría hasta enyesado». Y casi. Después de ese duelo, el semanario El Gráfico publicó una foto de la impactante hinchazón de su tobillo.

La posterior eliminación a Italia por penales llevó a la Selección argentina a la final, en la que Alemania se impuso por un polémico penal cobrado por el juez mexicano Edgardo Codesal a cinco minutos del cierre del encuentro.

«No hacía falta que nos robaran como nos robaron. A mis compañeros, les pido disculpas. Porque el maltrato que sufrieron durante todo el mundial, fue por mi culpa. Y todo lo que me tocó vivir a mí, después, fue por ganar partidos que no debía ganar. Pero si eso sirvió para hacerlos felices, volvería a hacerlo», publicó Maradona en su cuenta oficial de Instagram en julio de 2020.

Y en 1994, le «cortaron las piernas». Luego de la suspensión de 15 meses por doping que el Comité de Disciplina del fútbol italiano le aplicó hasta junio de 1992 cuando jugaba en el Napoli, afrontó un período con muchos altibajos. Se fue de Italia, recaló en el Sevilla que conducía Bilardo y volvió a la Argentina para vestir la camiseta de Newell´s y estar cerca de su amada selección nacional.

Con 33 años pero completamente en forma, el triunfo frente a Nigeria por 2-1 y la goleada anterior frente a Grecia por 4-0 ratificaron las expectativas sobre el equipo y sobre un Maradona soberbio que arrancó elogios hasta de los máximos detractores.

La imagen de la enfermera que se llevó a Diego de la mano desde el campo de juego hasta el control antidoping y la noticia de que había un caso positivo detectado en el plantel fueron el inicio del fin para el Maradona jugador en Mundiales.

El 27 de junio de 1994, la FIFA confirmó el doping positivo y el astro fue suspendido porque se hallaron rastros de efedrina y sus derivados, debido a la supuesta ingestión de un suplemento vitamínico.

«Me preparé como nunca para este Mundial. Hablan de efedrina, pero yo después del partido corrí diez kilómetros, tengo testigos. Esto me duele mucho, porque me cortan las piernas», se defendió Maradona, y añadió: «Juro por mis hijas que no me drogué para jugar, porque si yo me entreno como me entrené no necesito nada para jugar. Estaba enterito, estoy enterito. No quiero dramatizar, pero creeme que me cortaron las piernas».

El DT de ese seleccionado, Alfio Basile, señaló: «Yo no puedo sostener que a la Argentina la quisieron voltear, aunque pienso que nos perjudicaron. Nadie me explicó lo de la efedrina y todo ese despelote. Aquellos que creían que Maradona y Argentina no existían nos apuntaron cuando vieron quienes éramos. Nos sacaron del camino porque éramos peligrosos. A nosotros nos apuntó la cúpula de la FIFA».

Así se terminó el historial mundialista de Diego dentro del campo de juego, pero aún había más: en Francia 1998, Corea-Japón 2002 y Alemania 2006 volvió a ser hincha. Incluso festejó en las tribunas el debut de Lionel Messi con la celeste y blanca en suelo alemán.

En 2010 nuevamente fue protagonista, más allá de que jamás pudo escaparle al protagonismo. Fue el entrenador de Argentina en la Copa del Mundo de Sudáfrica, después de una clasificación a la que no le sobró nada en las Eliminatorias sudamericanas.

En su primer y único Mundial como técnico, la Selección ganó sus tres partidos en el Grupo B -Nigeria (1-0), Corea del Sur (4-1) y Grecia (2-0)-, mientras que en octavos derrotó 3 a 1 a México.

En cuartos fue una caída por 4 a 0, contundente e inobjetable, contra Alemania. Y así se acabó esa segunda temporada de la historia del «Diez» en busca de la Copa, otra vez.

Durante Brasil 2014 condujo el programa «De zurda» junto a Víctor Hugo Morales y en Rusia 2018 volvió a estar en las tribunas: ese Mundial regaló una de sus mejores fotos, en la que se lo puede ver iluminado y con los brazos en alto. Todo un símbolo.

Un cierre digno para un vínculo sin igual. Maradona y los Mundiales. Los Mundiales y Maradona. Un hilo rojo invisible que jamás pudo cortarse y que tampoco lo hará en Qatar, más allá de la ausencia física del mejor jugador de todos los tiempos.

Fuente
NA

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