Curiosidades

Los 5 idiomas más fáciles de aprender

El lenguaje es un sistema de comunicación que utiliza uno o varios países. Existen algunos que son difíciles de aprender, pero también hay otros bastante sencillos que requieren solo unos meses de enseñanza.

Aprender idiomas es un buen pasatiempo. También resulta una gran ventaja al momento de viajar a un país con un lenguaje diferente. Pero hay idiomas que son difíciles de aprender como también existen otros sencillos, sobre todo, para los hispanohablantes. Por eso, te contamos cuáles son los 5 idiomas más fáciles de aprender.

Cuáles son los 5 idiomas más fáciles de aprender

Portugués: Resulta ser la primera lengua más fácil de aprender si eres hispanohablante ya que tanto este idioma como el español son lenguas románicas. Derivaron del latín vulgar que se hablaba en las diferentes regiones del Imperio Romano. Por este motivo, al proceder del latín, comparten vocabulario, estructuras gramaticales e incluso características en la pronunciación. Además, tienen un grado de similitud léxica del 89%.

En cuanto al vocabulario no compartido, se debe a que el español conserva palabras de origen arábigo, mientras que el portugués no tuvo esa influencia y en muchos casos sustituyó esos términos con raíces latinas y / o francesas.

Las estructuras gramaticales de ambas lenguas, sujeto-verbo-predicado, son muy similares: Eu quero uma caipirinha (Yo quiero una caipirinha). La pronunciación del portugués es relativamente sencilla para los hispanohablantes, pero algunos sonidos nasales requieren práctica. Por ejemplo, la terminación “-te” en presente se pronuncia en Brasil “-chi”, mientras que la terminación “-de”, como en grande, se pronuncia “-dlli”.

Francés: El francés también es una lengua romance, que comparte formas verbales con el español así como el hecho de que los sustantivos varían según el género (le crayon, la table). La pronunciación es un poco más difícil por la gran cantidad de sonidos nasales y guturales por un lado, y las letras silenciosas por el otro.

El francés también tiene algunos acentos más que el español: el acento agudo en télévision, el acento grave en poème, el circunflejo en hôpital y la diéresis en naïve. Y al igual que con el portugués, el vocabulario derivado del latín se vuelve fácil para los hispanoparlantes (edifice, royal, cirque).

Teniendo en cuenta que aproximadamente 274 millones de personas hablan francés como lengua nativa y que es la segunda lengua en las relaciones internacionales, por detrás del inglés, es una buena idea aprender este idioma.

Italiano: Para un hispanohablante aprender italiano es muy sencillo, sobre todo, leerlo ya que gran parte de las estructuras y el vocabulario es muy parecido. Las oraciones se construyen como en español, primero el sujeto y luego el predicado, también conjugan la persona y los verbos de una forma parecida a la nuestra. A todos esto se suma que estamos empapados de su cultura: la comida, la moda o el arte italiano han hecho que conozcamos muchas de sus palabras y términos, que lo convierte en un idioma familiar y fácil de aprender.

Catalán: Se habla en el sur de Francia, Andorra y España, en las Islas Baleares, la zona de Valencia y en Cataluña. Aprender catalán puede ser una gran opción como lengua puente ya que tiene grandes parecidos con el español, el francés y el italiano, que la convierte en una lengua fácil de aprender y que te puede ser muy útil para estudiar y aprender otros idiomas.

La pronunciación puede resultar algo confusa al principio, dado que a diferencia del español no se habla igual que se escribe, pero se soluciona con un poco de atención y con alguna que otra visita cultural a Barcelona. Estos son algunos ejemplos de palabras que tienen el mismo origen y son similares en su ortografía: habitació (habitación), verd (verde), ajuda (ayuda).

A la hora de aprender a escribir, el catalán tiene una característica única: la escritura de la L geminada: “l•l” (como en intel•ligent) y una suerte de reemplazo de la “ñ” por la ny (piñón, pinyó).

Inglés: Siendo el lenguaje internacional, resulta que el español y el inglés tienen muchas similitudes. Por un lado, la gramática es bastante más sencilla que la del español. Por ejemplo, la conjugación de los verbos en presente: I work, you work, he/she/it works, we work, they work, you work. Además, el inglés está muy presente en nuestro día a día, ya que utilizamos muchos anglicismos: vídeo, márketing, chat, e-mail, entre muchas otras palabras.

La mayor diferencia es quizás la pronunciación ya que, por ejemplo, las consonantes “h”, “r” o la “z” suenan diferente que en español.

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