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«La justicia que mira y no ve» El autor del crimen de Abril Bogado tenía libertad «asistida»

El autor del crimen de Abril Bogado, la niña de 12 años asesinada el domingo de un disparo en la cabeza durante un robo en la ciudad de La Plata, fue detenido este lunes luego de un tiroteo en el barrio platense de Villa Castells, informaron fuentes policiales.

José Etchegaray (32), alias «Pepito» tiene antecedentes penales por un homicidio en grado de tentativa cometido en 2012; tentativa de robo calificado en 2004; tentativa de robo en 2005 y otra tentativa de robo calificado en 2010.

Fue condenado y tenía que estar preso, pero recuperó su libertad , bajo la modalidad de «asistida», hace menos de un año. Los efectivos le secuestraron el arma que tenía en su poder.

Fue el José Nicolás Villafañe el juez que le otorgó el beneficio, quien también resolvió así en otro caso que terminó en una masacre, publica el diario Clarín.

El hecho ocurrió la madrugada del domingo, cuando Abril y su familia volvían de una fiesta. No llegaron a bajarse de la camioneta, que recién habían estacionado frente a su casa, cuando aparecieron los dos delincuentes, que ya habían intentado robarle el auto a otro conductor.

No pudieron abrir las puertas del vehículo y dispararon. Un solo tiro que impactó en la cabeza de la nena y fue mortal. La secuencia quedó grabada en las cámaras de seguridad de la cuadra, un elemento que resultó clave para identificar a los acusados.

Los antecedentes

José Edgardo Echegaray fue liberado en 2015 del penal de Gorina: le habían encontrado una faca y tenía dos informes desfavorables del Servicio Penitenciario. Fue capturado esta mañana, minutos antes de que el cuerpo de su presunta víctima sea llevada al cementerio de La Plata

«Ahí lo tenés a ‘Pepito’, el hijo de la Nancy, ahí lo tenés al hijo de puta«, gritaban las mujeres del barrio Ringuelet en las afueras de La Plata este mediodía, sobre la calle 505. José Edgardo Echegaray Biel, «Pepito», de 32 años, vecino de la zona, nacido y criado en Ringuelet, el menor de cinco hermanos, había sido arrestado minutos antes, a una cuadra de la casa de su familia, luego de que se atreviera a dispararles con una pistola calibre .38 a efectivos de la Policía Bonaerense; una bala le impactó en la pierna marcándolo con sangre. Una ambulancia lo trasladó esposado con las manos tras la espalda al hospital San Roque en Gonnet. Un dato de calle había llevado a la Bonaerense hasta la casa de Echegaray: el dato lo señalaba como el autor de la muerte de Abril Bogado, la niña de 12 años que había recibido un balazo en la frente en un intento de robo en la madrugada del domingo, para morir en el Hospital de Niños Sor María Ludovica horas después, un balazo –según voces de la investigación–calibre .38, el mismo que usó «Pepito» para enfrentarse con la Policía.

Las voces de las vecinas, cartoneras en su mayoría, se volvieron contra los uniformados. «¿Para qué lo tapan? ¡Es un asesino! ¡Hijos de puta!», lanzaban, mientras Echegaray era cubierto de la vista por una frazada vieja al entrar a la ambulancia. Había más insultos a la vuelta de la esquina en la casa de los Echegaray, señalada entre cuchicheos por las vecinas. «¿Qué me señalás, la reconcha de tu madre?», le graznaba un hombre con el torso desnudo a este periodista.

A unas treinta cuadras, más de cien personas esperaban la salida del cuerpo de Abril Bogado en la cochería Sepelios del Plata en Tolosa, sobre la calle 530: su padre, Cristian, su madre, Laura, docente, sus compañeras de gimnasia artística en Gimnasia y Esgrima La Plata, donde había ingresado a principios de año y donde participó hace poco de su primera gran exhibición junto a otras 500 atletas en el Polideportivo de la institución; sus amigos de siempre, «La Banda del 60», le escribieron dedicatorias amorosas en la entrada de la casa velatoria. «Chupita te amamos», decía sobre una puerta en fibrón negro.

«Pepito» era arrestado segundos antes de que el ataúd fuera llevado al cementerio municipal de La Plata. Sin embargo, no cambió el ánimo en la casa velatoria, entre las coronas funerarias que iban y venían, entre los adultos y preadolescentes sentados en el cordón. Faltaba un prófugo, en todo caso, el segundo participante en el robo que le costó la vida a Abril. «Pepito» le confesaría el crimen a personal policial minutos después de caer: «Se me escapó el tiro», dijo Echegaray, un relato que, para que valga algo en términos de elevación a juicio y condena, deberá ratificar ante la fiscal del caso, Betina de Lacki, que en las primeras horas de la mañana giró la calificación del expediente de «tentativa de robo y lesiones» a «homicidio».

De vuelta en el barrio, las mujeres de la cuadra recordaban el prontuario de su vecino Echegaray: «Es su cuarta caída en cana», decían, mientras especulaban con ir a buscar al cómplice prófugo para «prenderle fuego el rancho». Sus cálculos no estaban tan errados. El arresto de «Pepito» por presuntamente matar a Abril Bogado es el quinto en su vida, con el delito más abominable de su prontuario.

Echegaray estuvo preso hace dos años y pocos meses. Lo cierto es que «Pepito» salió libre antes de tiempo, gracias a un beneficio del Juzgado de Ejecución Penal Nº 2 de La Plata, perteneciente al fuero que trata la suerte de los condenados en las cárceles provinciales tras sus sentencias.

El 22 de julio de 2015, Echegaray salió de la Unidad Nº 18 de Gorina luego de una condena por robo agravado y tentativa de homicidio dictada en 2012 y que debía extenderse hasta el 22 de julio de 2018, según documentación penitenciaria. Dos informes interdisciplinarios generados tras el pedido del Juzgado Nº 2 constan en su legajo, que, paradójicamente, jamás recibió una copia de la condena para contrastar sus decisiones.

El primer informe data de noviembre de 2014, el segundo de junio de 2015. Ambos hablan de una conducta «buena», de estudios secundarios, también de que «Pepito» se negaba a trabajar en el penal. En una requisa en la Unidad Nº 36 de Magdalena un penitenciario le encontró una faca y un celular. Dos «correctivos disciplinarios» fueron registrados en su contra. El Departamento Técnico Criminológico del SPB determinó la «inconveniencia» de que «Pepito» recupere su libertad. De todas formas, el Juzgado de Ejecución Penal Nº 2 lo soltó.

La cárcel de Gorina fue la única que «Pepito» visitó en el Servicio Penitenciario Bonaerense, de acuerdo a registros carcelarios. Siempre tuvo suerte: era caer y que lo liberaran. En 2004, fue arrestado por robo calificado, una causa en manos de la UFI Nº 6 de La Plata. En agosto de 2005 fue otra vez detenido por tentativa de robo, expediente a cargo de la UFI Nº 2. En agosto de 2010, otra tentativa de robo calificado. (Infobae)

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