La dudosa muerte del Jorge Cafrune
Jorge Antonio Cafrune Herrera, popularmente conocido como el Turco Cafrune nació en Perico, Jujuy, el 8 de agosto de 1937 y muere el 1 de febrero de 1978. Su muerte aun hoy genera dudas.
Enrique Marcelo Hopman – Cafrune, nació el 8 de agosto de 1937 y murió en un dudoso accidente en Benavidez, provincia de Buenos Aires, el 1 de febrero de 1978, fue un cantante folclórico y músico argentino. También fue investigador, recopilador y difusor de la cultura nativa de su país.
En 1962 regreso a Capital y contacto a Jaime Dávalos, que tenía un programa de televisión. La historia cuenta que Dávalos le dice a Cafrune que debería probar suerte en el Festival de Cosquín.
Cafrune viaja a la ciudad cordobesa y consigue un lugar para actuar fuera de cartel, consagrándose por elección del público como primera revelación. Luego vendría el primer disco en solitario y la consagración definitiva con nuevas presentaciones en radio, televisión y teatros, además de largas giras en las que siempre prefería los pueblos pequeños a las grandes ciudades. Fue en uno de esos pueblitos, Huanguelén, en la provincia de Buenos Aires, donde conoció y promovió a un joven cantor llamado José Larralde. En este período también siguió presentándose cada año en Cosquín y allí, en 1965, sin conocimiento de la organización presentó a una cantante tucumana llamada Mercedes Sosa.
En 1967 presenta la gira «De a caballo por mi Patria», en homenaje al Chacho Peñaloza. En esta gira Cafrune recorrió el país al estilo de los viejos gauchos, llevando su arte y su mensaje a todos los rincones. Sus objetivos también incluían captar los paisajes a través de la fotografía y la filmación de cortometrajes televisivos, además de la recopilación de datos sobre las formas de vida, costumbres, cultura y tradición de las diversas regiones. La gira fue ruinosa para su economía, pero fue un gran éxito si se tienen en cuenta los verdaderos objetivos que se habían propuesto.
Entre 1972 y 1974, Jorge Cafrune formó un dúo con el aquel entonces niño Marito con quien grabó discos e hizo varias giras por el país, España y Francia.
Al finalizar esta gira, Cafrune fue convocado para integrar unas comitivas artísticas argentinas que visitaron los Estados Unidos y España. El éxito en la península ibérica fue fabuloso, y Cafrune llegó a radicarse allí por varios años, formando familia con Lourdes López Garzón.
Su retorno al país fue en 1977, cuando falleció su padre. Eran tiempos difíciles para toda la nación, ya que el gobierno de Isabel Perón había sido derrocado por un golpe de Estado y estaba en manos de la última dictadura cívico-militar argentina (1976-1983), encabezada entonces por Jorge Rafael Videla. A diferencia de otros artistas comprometidos, que se exiliaron cuando comenzaron las amenazas y las prohibiciones, Cafrune, quien era reconocido por su afinidad al Peronismo, decidió quedarse y seguir haciendo lo que mejor sabía hacer: cantar y opinar, cantando y haciendo. Fue así que en el festival de Cosquín de enero de 1978, cuando su público le pidió una canción que por entonces estaba prohibida, «Zamba de mi esperanza», Cafrune accedió mientras declaraba: «aunque no está en el repertorio autorizado, si mi pueblo me la pide, la voy a cantar». Según un testimonio de Teresa Celia Meschiati, eso fue demasiado para los militares, y en el trístemente célebre centro de concentración clandestino cordobés de La Perla, el entonces teniente primero Carlos Enrique Villanueva opinó que “había que matarlo (a Cafrune) para prevenir a los otros”.
El 31 de enero de 1978, a modo de homenaje a José de San Martín, Cafrune emprendió una travesía a caballo para llevar desde Plaza de Mayo hasta Yapeyú, lugar de nacimiento del libertador, un cofre con tierra de Boulogne-sur-Mer, lugar de su fallecimiento. Esa noche, a poco de salir, fue embestido a la altura de Benavídez por una camioneta rastrojero conducida por un joven de 19 o 20 años, Héctor Emilio Díaz. Cafrune falleció ese mismo día a la medianoche, contando tan solo 40 años de edad.
Si bien se creyó y aún se cree—,que la muerte de Cafrune habría sido en realidad un asesinato planificado por parte de la dictadura militar y ordenado por el coronel Carlos Enrique Villanueva, el hecho nunca fue esclarecido completamente y quedó solo como un accidente, por siempre rodeado de sospechas.