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La CGT convocó a un Paro General para el 25 de septiembre

El triunvirato recibió el respaldo de casi un centenar de dirigentes gremiales para realizar la medida de fuerza. Eso no evitó el reclamo por el recambio de autoridades que planteó la Corriente Federal y la UOM.

Por Felipe Yapur – Acorralados por las tensiones internas y una debilidad manifiesta, a la que se suma una desastrosa coyuntura política y peor económica, el triunvirato definió un paro general para el próximo 25 de septiembre. La decisión la anunciaron y/o propusieron durante un plenario de secretarios generales donde, de todas formas, se escucharon voces críticas que reclamaron la elaboración de un plan de lucha que supere la mera medida de fuerza y, además, la convocatoria de un Comité Central Confederal para que se renueven autoridades. Ninguno de los dirigentes presentes dudó a la hora de respaldar el paro, su necesidad y su urgencia. En este contexto, la huelga general se prevé contundente pero no resolverá la fragilidad que atraviesa a la cúpula cegetista.

La jornada del paro nacional de la CGT será compartida por la huelga de 36 horas que decretaron las dos CTA y el sindicato de Camioneros que comenzará a partir del mediodía del lunes 24 (ver aparte). Es lo único que por ahora estos sectores compartirán. “El paro será el día 25, por 24 horas, sin movilización”, aclaró el triunviro Héctor Daer que casi no habló durante el plenario.

No está clara la cantidad de secretarios generales que participaron del plenario realizado en el teatro Empire, propiedad del gremio ferroviario La Fraternidad. Algunos miembros de la conducción de la central obrera hablaron de 117 jefes gremiales pero también trascendió que los que firmaron la planilla de asistencia fueron 86. Más allá de la cifra exacta, el triunvirato decidió imponerle al encuentro un carácter que carece y que se trata de un poder resolutivo al emitir un documento donde se autoriza la convocatoria al paro general como así también que el Consejo Directivo “lleve adelante las mesas de diálogo que considere conducente con todos los actores sociales y políticos necesarios” con el objetivo de consensuar una agenda de reclamos, un eufemismo para no hablar de plan de lucha que tanto le reclaman sectores sindicales como el Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA) y el grupo Lezica.

Este último sector envió una delegación de cuatro dirigentes que además integran la Corriente Federal de los Trabajadores que tuvieron como misión no sólo leer el documento acordado la semana pasada sino además reclamar la realización del Confederal que habilite la renovación de autoridades y rechazaron la reunión de la mesa chica de la CGT con la delegación del FMI. La crítica provocó quizá el único momento de tensión cuando el dueño de casa, Omar Maturano, justificó el encuentro con el Fondo como parte de un intento de la central obrera para hacerles entender lo negativo del ajuste pero tal vez lo más importante que dijo fue que es imprescindible que no se apruebe el Presupuesto 2019 porque allí está expresado el ajuste que promueve el Gobierno. De hecho, una vez que concluyó el encuentro la mesa chica se dirigió hasta el Consejo Federal de Inversiones para encontrarse con los gobernadores peronista. Voceros sindicales dejaron trascender que les iban a pedir a los mandatarios que no acompañen el Presupuesto que enviará el Gobierno nacional.

El ferroviario estuvo encendido porque además aseguró que hay “halcones, palomas y cuervos que se quieren comer a la CGT. Hay algunos que creen que si no son la conducción, la CGT no sirve”, en obvia alusión a los camioneros que a principio de esta semana renunciaron al Consejo Directivo. Dicho sea de paso y como otra prueba de la debilidad que vive el triunvirato en los próximos días renunciarán al menos tres sindicatos más a las sillas que ocupan en el Consejo. Pero también dijo que no comparte la idea de integrar a las huestes de la CGT a otras formaciones sindicales “que no pueden ni siquiera estar juntas entre ellas”. Nadie dudó que se refería a las dos CTA y también a las organizaciones sociales como Barrios de Pie, la CCC y la CTEP. De todas formas, esto último obligó al triunviro Juan Carlos Schmid a advertir que fue él fue el único miembro de la conducción que le dio “contención” a los movimientos sociales.

A poco de comenzar el plenario habló el líder de la UOM, Antonio Caló, uno de los impulsores del grupo Lezica aunque ahora mantiene una prudencial distancia. El metalúrgico no sólo se refirió a la necesidad de realizar una medida de fuerza sino que, a su modo, exigió un cambio en la conducción. No es menor lo que dijo el líder la UOM porque demostró que más allá del éxito que pueda tener el paro no resultará suficiente como para que los triunviros resistan su permanencia en la conducción de la central obrera.

El documento que se dio a conocer horas después de finalizado el plenario, que en rigor duró dos horas, advirtió que “nadie puede estar tranquilo ante la peligrosa deriva económico-social de un gobierno que no acierta a encontrar una salida a la crisis”. En el texto, de unas cinco carillas, le exigieron al Gobierno “la pronta reactivación de la obra pública como gran sustento de la inversión del Estado”, el freno a “la brutal devaluación de la moneda, cuyo efecto hace estragos sobre el poder adquisitivo de los trabajadores” y que no avance con la reforma laboral.

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