ArgentinaÚltimas Noticias

“Emoción violenta” para justificar un femicidio

06/11/2017 | El Tribunal Criminal Oral N° 4 de San Isidro rechazó la prisión perpetua que había solicitado la querella y la fiscalía para Brian Montenegro, quien en febrero del año pasado asesinó a puñaladas a su ex pareja, que estaba embarazada, frente a sus hijos. Recibió una pena de 22 años porque los jueces consideraron que estaba “profundamente enamorado” de la víctima y entendieron como un atenuante de la pena el hecho de que la mujer le había contado al asesino que estaba con otro hombre.

A pesar de que la fiscal y la abogada querellante pidieron prisión perpetua, Brian Montenegro fue condenado a 22 años de cárcel por matar a puñaladas a su ex pareja, Débora Díaz, delante de sus pequeños hijos, en febrero del año pasado. Los jueces consideraron que actuó bajo “emoción violenta” y que no medió “violencia de género”. En la sentencia que se conoció el martes pasado los jueces Federico Ecke y Osvaldo Rossi –del Tribunal Criminal Oral N° 4 de San Isidro- adujeron entre sus argumentos que Montenegro estaba “profundamente enamorado” de la víctima y entendieron como un atenuante de la pena el hecho de que Díaz, embarazada, le había contado al asesino que estaba con otro hombre.

Pese a la orden de restricción perimetral que le impedía acercarse al domicilio de su ex mujer por haberla golpeado, el joven logró ingresar por la fuerza en la cas. La encerró en una de las habitaciones y tras discutir con ella, le asestó seis puñaladas en el tórax y en la espalda delante de los niños de 1, 7 y 12 años.

Horas antes de apuñalarla, el femicida le había adelantado a la hermana de la víctima lo que haría. Al momento del asesinato Montenegro estaba prófugo y lo buscaban más de doscientos policías del partido de Pilar. Sin embargo, nunca se fue del barrio Manzone, de la localidad Villa Astolfi, y violaba constantemente la perimetral.

Montenegro violentaba sistemáticamente a la víctima de todos los modos imaginables, a solas y delante de sus hijos y había sido denunciado por Díaz en reiteradas oportunidades. La fiscal Carolina Carballido Catalayud y la abogada querellante, Lucía Ransenberg, pidieron prisión perpetua al dar por acreditada la violencia de géneroPero a pesar de todas estas evidencias, los jueces se inclinaron por la hipótesis de que Montenegro actuó bajo emoción violenta.

La figura de emoción violenta fue incorporada en las primeras versiones de los códigos penales de nuestro país revindicando el privilegio masculino de matar a la mujer que fuera encontrada «flagrantemente cometiendo adulterio”. Si bien hoy no existe una norma que excluya la posibilidad de atenuar la pena si se confirma que el autor ha cometido anteriormente actos de violencia de género contra la víctima, la tendencia en la jurisprudencia argentina desde hace años es la de considerar que esta figura no es aplicable en caso de femicidio. Aun así, en los fundamentos del fallo de los magistrados Federico Ecke y Osvaldo Rossi argumentaron que «el acusado, en su primer acto de defensa, al ser consultado sobre el motivo de su actuar, mencionó que sintió impotencia por lo que le contaba (su ex pareja), que se burlaba» de él.

Y también que «estaba profundamente enamorado de la víctima, a pesar de sus escasos veinte años recientemente le había propuesto unirse en matrimonio. Estaba angustiado por la actitud expulsiva de su amada, intentó dialogar con la misma, pero la afirmación reseñada, en tales términos, mermó su capacidad reflexiva». Los magistrados valoraron un testimonio en el que se calificaba a Montenegro como «un nene de mamá» y a la víctima como «una madre de tres hijos», con ocho años de diferencia, lo cual sería indicativo de que “no tenía una relación de poder sobre la mujer”.

Mostrar más

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba