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De la neo a la casa: los desafíos para las familias de un bebé prematuro luego del alta
Es una etapa clave para los niños y sus familias, en la que confluye la felicidad de cumplir un sueño postergado con una serie de dudas y temores. Los padres necesitan estar preparados para cuidar de sus hijos por su cuenta, conociendo las señales de alarma y las pautas de prevención. La importancia de los controles posteriores al alta y el seguimiento desde el equipo de salud.
Tras las semanas de internación, acompañada por el cuidado y la contención de médicos y enfermeros, llega un momento muy deseado para la familia de un bebé prematuro: el día que su hijo recibe el alta para dejar el hospital y por primera vez ir a su casa. Una situación de inmensa felicidad que, a su vez, genera incertidumbre y plantea nuevos desafíos.
Este tránsito de la internación a la vida hogareña es el eje de la Semana de la Prematurez 2024, una iniciativa internacional que en la Argentina es impulsada por UNICEF y el Ministerio de Salud de la Nación, con el objetivo de garantizar, promover y proteger el cumplimiento de los derechos de estos niños. En esta edición se realiza del 11 al 17 de noviembre y el lema es “Juntos en cada paso: del hospital al hogar».
En la preparación para el alta es fundamental cumplir las recomendaciones de un egreso seguro de Unidad de Terapia Intensiva Neonatal (UCIN). “Requiere de una preparación y seguimiento cercano para garantizar que el niño esté listo para dejar la internación y recibir los cuidados necesarios en la casa; y por otro lado que los padres estén capacitados para hacerlo. Todos los esfuerzos durante su internación deben tener una continuidad cuando se planea el egreso institucional”, plantea la doctora Ana Pedraza (MN 42867), jefa de Neonatología de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
En ese proceso, los días previos juegan un papel determinante. “Si bien durante toda la internación los padres comparten con el personal de enfermería los cuidados de su hijo y tienen acceso a la neo sin restricciones, sin horarios y todo el tiempo que deseen, la transferencia de responsabilidades llega al máximo hacia el final, siempre bajo la supervisión de los profesionales. El libre acceso de los padres y la participación en los cuidados facilita el vínculo con el bebé y les permite ser parte del proceso que está atravesando. Deben capacitarse para alimentar, higienizar y cuidar a su hijo, de forma tal que el regreso al hogar no los haga sentir desprotegidos”, sostiene.
La especialista cuenta que el momento del egreso institucional marca el fin de una etapa muy intensa. Sin embargo, hay muchas cuestiones que no terminan de estar resueltas al concluir la internación. A tal punto que se ha identificado que las semanas posteriores al alta generan un impacto emocional para los padres. Por eso, es fundamental que el proceso se haga de un modo consensuado y en conjunto, respetando cada paso en base a las siguientes pautas:
1) Que los niños/ñas nacidos prematuramente estén médicamente estables y hayan logrado madurez en la termorregulación, estabilidad respiratoria y alimentación.
2) Que tengan una ganancia sostenida de peso durante la última semana no menor a 15 gramos/día en promedio, con alimentación completa por vía oral y enteral (preferentemente con lactancia humana exclusiva).
3) Que la familia esté entrenada en el cuidado integral de su bebé, incluyendo la administración de medicamentos.
4) Que hayan hecho el curso de Reanimación Cardio-Pulmonar (RCP), una herramienta vital para asistir a sus hijos en caso de emergencia, que además les brinda seguridad.
5) Que conozcan indicaciones sobre sueño y seguridad en el hogar, vestimenta apropiada, manejo de la temperaturadel ambiente, viajes seguros y asientos infantiles para autos.
6) Que hayan recibido información sobre pautas de alarma en general y específicas según la condición de su hijo, al igual que las medidas de prevención.
7) Que cuenten con un listado de los estudios y controles realizados durante la internación: pesquisas metabólicas, auditivas, oftalmológicas y cardiológicas, vacunaciones, medicamentos que recibe y forma de administrarlos, exámenes realizados como ecografías, laboratorio y resumen de la historia clínica. También tienen que saber si quedó alguna práctica pendiente para las semanas siguientes.
8) Finalmente es importante que antes del alta se planifiquen las próximas consultas que deberán realizar: consultorio de seguimiento, pediatra de cabecera y si lo requiere, consulta con especialistas. El primer control se hace a las 48/72 horas.
Ahora sí: el gran día
Todas las expectativas, sueños, preparativos y también temores confluyen en un mismo momento: el día en que el bebé recibe el alta y al fin puede ir a su casa. Es una instancia clave que marca un nuevo comienzo para la familia, con una mezcla de felicidad y muchos interrogantes que se van acumulando, pero que se resumen en uno: “¿Vamos a poder?”.
“Es normal que se sientan ansiosos al dejar la familiaridad de la UCIN. Antes de marcharse, lo mejor es que hagan todas las preguntas que crean necesarias sobre el cuidado del bebé. Si bien estarán nerviosos, es importante que se sientan lo más cómodos posible ya que han recorrido un intenso camino junto a sus hijos y poseen más información de la que realmente creen. Es tiempo de poder ponerla en juego en esta fase de transición”, detalla la licenciada Claudia Carissimo (MN 41102), psicóloga perinatal de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina.
Lógicamente, luego de que el bebé esté internado desde su nacimiento, suele haber mucha ansiedad en el entorno más cercano por conocer al nuevo integrante de la familia. Sin embargo, es momento de pedir un poco más de paciencia. “En los días posteriores al alta, deben disminuir las visitas al hogar a lo mínimo posible, así tanto el bebé como sus padres podrán recuperar la intimidad perdida a causa de la necesidad de internación” dice el doctor Jorge Lezcano (MP 110054), jefe de Neonatología del Sanatorio de los Arcos.
Termina la internación, los controles siguen
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera prematuros moderados a tardíos a los nacidos entre las 32 y 36 semanas de gestación; muy prematuros, entre las 28 y 32 semanas; y prematuros extremos, antes de las 28. Todos los chicos tienen en sus primeros meses de vida una agenda de controles pediátricos, que en el caso de los bebés prematuros son más frecuentes y requieren la participación de un equipo multidisciplinario, con profesionales de distintas áreas de la salud.
El objetivo es acompañar a la familia en el crecimiento y desarrollo del bebé, y detectar en forma temprana las dificultades que podrían aparecer para atenderlas oportunamente. “Es sumamente importante que puedan acceder luego del alta neonatal a programas capacitados en el seguimiento integral del crecimiento, del desarrollo y monitoreo de la salud”, detalla la doctora Nélida Aguilera (MP 60624), a cargo del Consultorio de Seguimiento de Recién Nacidos de Alto Riesgo de la Clínica y Maternidad Suizo Argentina. Tanto este centro de salud como el Sanatorio de los Arcos poseen desde su apertura programas de vigilancia que incluye a todos los bebés nacidos con peso inferior a los 1.800 gramos.
Los ejes fundamentales de este seguimiento son la vigilancia, la detección temprana y la intervención oportuna, con el propósito de mejorar los resultados en la salud integral de esta población infantil. También se encargan de coordinar las acciones de los diferentes especialistas y terapeutas, teniendo siempre en cuenta una visión global del niño, en su contexto familiar y en la comunidad en donde vive.
Lo recomendado es que todos los niños con antecedente de prematurez extrema continúen el seguimiento hasta el ingreso escolar, con un enfoque preventivo de los problemas que puedan surgir a corto o mediano plazo. “El rol del equipo de seguimiento es el de acompañar, contener, evaluar el desarrollo, orientar en pautas de crianza respetuosa y cuidar a ese niño y su familia”, concluye la doctora Ana Pedraza.