«A nosotros nos comunicaron el jueves, y hoy lo comunicaron en la planta. Es muy desgarrador, no se puede hacer nada. Escapa a toda posibilidad de reacción de nuestro gremio porque pagan las indemnizaciones completas», le dijo a El Diario el secretario general de Asociación Obrera Textil, Nerio Medina.
Son más de 130 personas que se quedan en la calle. En los meses previos, había habido despidos y retiros voluntarios que achicaron la dotación de personal en más de la mitad.
La empresa presentó un procedimiento de crisis. Además de La Pampa, también cerraron una planta en Catamarca y son en total más de 700 trabajadores y trabajadoras despedidas en todo el país.
La planta ya dejó de producir y desde este momento cierra sus puertas.
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La semana pasada se había conocido la novedad de la venta de la empresa. Según Medina, el cierre ya estaba previsto antes de esa operación: «la venta fue para pagar las indemnizaciones».
Tal como informó este diario la semana pasada, un empresario brasileño pagó 24 millones de dólares a la multinacional Alpargatas para quedarse con la marca deportiva Topper de Argentina, cuyas operaciones vienen en descenso por la recesión económica.
El comprador es Carlos Wizard Martins -que administra Topper en el Brasil- y que llegó a un acuerdo con Alpargatas para transferir el 22,5% de los negocios de la textil brasileña en la Argentina.
Ese porcentaje -según se informó- incluye toda la operación de Topper en el país. Alpargatas ya había alertado que sus ventas en la Argentina sufren una fuerte retracción: caen 6,6% interanual, con unos 80 millones de dólares.
La planta funcionaba desde 1984 en el Parque Industrial de Santa Rosa, en ese entonces como Calzar. En entre fines de la década del ’90 y el año 2001, en medio de otra grave crisis social, hubo despidos masivos y una amenaza de cierre que finalmente no se concretó. Después llegó la compra por parte de Alpargatas hasta que otra crisis volvió a golpear.