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Almendras Pampeanas: producir en la marginalidad, pero aprovechando el agua

El Valle de Prado se caracteriza por ser angosto, algo así como 300 metros entre las vías del ex ferrocarril Roca y el río Colorado, pero muy largo, hasta alcanzar varios kilómetros. Se ubica sobre el sureste de La Pampa, cercano a la localidad de la Adela.

Por Guía en La Pampa: En ese punto de la geografía provincial existe Almendras Pampeanas, un emprendimiento llevado adelante por Julio Klink, a quien poco le importó que se trate de una zona marginal para la producción de almendras.

Es una zona marginal debido a que se producen fuertes heladas primaverales, también llamadas heladas tardías, que ponen en riesgo todo el esfuerzo. Es un lugar que, a pesar de estar reparado por la barda del lado norte y el río que genera un ámbito húmedo, sufre constantemente heladas bajo cero en el momento que la almendra está en flor.

El productor accedió a charlar con Guía en La Pampa y relató los pormenores de esta iniciativa, así como las particularidades propias de la región. Por ejemplo, señaló que la única forma de regar en esta área es a través de bombeo del agua del Colorado.

“El suelo no se emparejó ni nada, es el suelo natural del valle. Lo que hicimos fue observar las partes que tenían menos densidad de bosque nativo, y que tuvieran más especies de cicatrización, como jarilla o piquillín. Entonces, lo que hicimos fue limpiar el arbustal y plantar esto”, contó Julio sobre los comienzos de este predio que consta de 20 hectáreas.

“El marco de plantación es de 500 plantas por hectárea, por lo que hay un total de 10.000 plantas puestas. Tienen distintas edades, que van entre 9 y 11 años”, puntualizó.

Klink es ingeniero agrónomo y bonaerense, pero en su discurso se nota un acabado conocimiento de la zona y eso se debe a que desarrolló la mayor parte de su carrera, tanto profesional, como productor y docente, en esta región, más precisamente en el norte de Río Negro.

“Una planta produce, más o menos, un kilo y medio de almendras peladas. En años buenos, una planta puede llegar a producir dos kilos y medio, o tres. Todo depende de cómo uno trate a la planta, porque es un ser vivo, por lo tanto, come, se enferma, se estresa. Cuando uno las cuida, las nutre y, de yapa, las plantas muestran a través de los síntomas lo que quieren, la planta produce y vive mucho más. Estas son plantas que viven 30 años porque están injertadas sobre piel de durazno”, explicó el entrevistado.

Como se dijo antes, la producción de almendras depende mucho de las heladas, y por ese factor es que el emprendimiento de Klink está dotado de un sistema de riego por aspersión anti helada.

Un buen año, en términos de cosecha, puede dejar un total de 1.500 o 1.600 kilos de almendras peladas. Asimismo, los mercados de destino de Almendras Pampeanas son muy amplios y abarcan casi todo el país. “Tenemos clientes desde Pico Truncado, Santa Cruz, hasta Resistencia (Chaco)”, informó Julio.

El productor no tiene en mente aplicar una extensión de su área productiva, pero aclaró que “siempre se debe tener en cuenta una renovación de las plantas para que no envejezcan todas juntas”, al tiempo que reveló que están pensando acerca de esta problemática, para decidir si renuevan las plantas o si incorporan algún otro cultivo que vaya bien, en el tema comercial, con la almendra.

El predio donde el entrevistado desarrolla su producción emplea a tres personas durante todo el año, y cuando llega la época de la cosecha (segunda quincena de febrero), trabajan entre 30 y 35 personas durante un mes.

Aprovechar El Agua

La planta de tratamiento de residuos cloacales de La Adela, está ubicada en cercanías de estas hectáreas repletas de almendras. En este contexto, el emprendimiento que conduce Klink le hizo una propuesta al intendente local, Juan Barrionuevo, para analizar la posibilidad de aprovechar las aguas tratadas.

“Es una cuestión de concepto: no podemos, a esta altura, seguir tirando agua dulce. En esta región tenemos un promedio de lluvias anuales que rondan los 500 mm., es una zona semiárida, no se puede desarrollar nada a menos que sea con riego, entonces nos parece interesante poder aprovechar ese caudal de agua tratada en la planta depuradora para hacer riego. Pero no toda esa agua, sino una parte, metida con los 100.000 litros que actualmente nosotros bombeamos desde el río”, explicó el ingeniero sobre su idea.

En ese sentido, aclaró que es erróneo pensar que la intención es regar las plantas con agua que viene de un caño lleno de materia fecal. No obstante, precisó que conocer la calidad del agua que procesa la planta de tratamiento es un dato muy valioso para su producción porque deben adecuar el manejo a un agua servida, y lograr incorporarla al riego para que no sea desechada nuevamente al Colorado.

El objetivo es totalmente viable, y ni siquiera necesita que Almendras Pampeanas construya un reservorio, debido a que la descarga del agua que sale de la planta depuradora corre de forma lindera al predio. Entonces, alcanza con hacer una derivación para que el líquido se dirija hacia los filtros de grava, donde se sometería a otro filtrado.

Las plantas de almendras no se riegan todo el año, sino que hay momentos específicos para ello. En estos días están terminando de regar los últimos cuadros de la chacra, y hasta octubre o noviembre ya no riegan más. “El planteo a la municipalidad es qué hacer durante esos siete u ocho meses en que no se precisa el agua para riego. Estamos planificando poder hacer riegos invernales en un área de monte que está acá al lado, lo cual daría la posibilidad de hacer plantaciones, por ejemplo, de forestales, como álamos o eucaliptos”, manifestó Klink.

La idea es seguir el ciclo natural del agua, que es incorporarla a la tierra, para que esta haga su trabajo de filtración, lo cual favorecería altamente al ambiente, ya que una planta evapora 1.000 litros de agua. “Ese es el planteo central: convertir el agua tratada que va a ser tirada al río, introducirla en un ciclo de purificación, donde se va a convertir después en vapor de agua a través de las plantas”, indicó el productor.

Julio está convencido de lo que hace y confía plenamente en los conocimientos y capacidades de él, y de quienes lo acompañan. “No necesito nada. Esto es una sociedad familiar donde le metemos mano a todo. Somos los mecánicos, los podadores, tratamos de plantearnos algo para autoabastecernos de las cosas, por lo tanto, estamos acostumbrados a arreglarnos por nuestra propia cuenta”, concluyó.

Fuente
Guía en La Pampa
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