Ipross en Río Negro: Pacientes sin Remedios y la Angustia de la Espera
Hortensia Palomino no ha tenido un respiro desde febrero. En ese mes, la vida de su nieto Mateo, de apenas 14 años, cambió drásticamente. Los médicos finalmente pudieron nombrar la enfermedad que aquejaba al joven: cáncer en las células. Desde entonces, el camino ha sido una lucha constante contra el tiempo y la burocracia.
Mateo necesita quimioterapia para combatir la enfermedad, pero la entrega de los medicamentos se ha convertido en una odisea. La primera sesión requería diez remedios y un catéter especial. Sin embargo, la obra social solo cubrió tres drogas y se desentendió del catéter. La respuesta a la preocupación de Hortensia fue desalentadora: «recurrir a la Justicia». Una solución que se antoja ineficaz, ya que las droguerías oncológicas no cotizan y las compras están paralizadas.
Hortensia, al borde del llanto, comparte su desesperación. La Justicia hizo lugar al amparo, pero Ipross sigue sin responder. Agradecida por la ayuda del Sanatorio Juan XXIII, que prestó siete de los diez medicamentos necesarios, pero con la incertidumbre de la segunda sesión próxima. «¿Dónde están las drogas que faltan? ¿Y el catéter?» se pregunta con angustia.
La situación de Hortensia no es única. Más de 20 familias se enfrentan a demoras en la entrega de remedios que ponen en peligro sus vidas. Desde Ipross, admiten las falencias, argumentando dificultades para obtener cotizaciones y demoras en las entregas por parte de las droguerías. Sin embargo, aseguran garantizar la entrega, una afirmación cuestionada por los afiliados.
La angustia de las familias crece mientras la espera se prolonga. Hortensia, en nombre de todos, exige simplemente que se cumpla con la entrega de los medicamentos para garantizar el tratamiento de Mateo y los demás pacientes en espera. En medio de la incertidumbre y el desgaste emocional, solo queda la esperanza de que la atención médica llegue a tiempo para quienes más lo necesitan.
