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Una de las lesiones de Fernando es compatible con la zapatilla de Thomsen

Así lo aseguró la perito de Policía Científica María Eugenia Cariac ante el Tribunal Oral en lo Criminal 1. La especialista fue la encargada de tomar fotografías del rostro de la víctima durante la autopsia para realizar la comparación con los calzados de los imputados.

Fernando Báez Sosa tenía una impronta de al menos 6 centímetros por 2 en la parte izquierda del maxilar, producto de una patada, y la lesión era compatible con la zapatilla que usaba Máximo Thomsen, según explicaron este martes en el juicio por el crimen las dos peritos que trabajaron en la comparación de las fotos tomadas a la lesión en el rostro de la víctima durante la autopsia con los calzados de los imputados.

La primera en referirse al tema fue María Eugenia Cariac, perito de Policía Científica, quien sostuvo ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Dolores, que se estableció «una correspondencia» entre la lesión en el cara y la zapatilla marca Cyclone «con diseño en zigzag» que usaba Thomsen al momento del ataque, en la madrugada del 18 de enero de 2020.

Cariac fue quién obtuvo la foto del rostro de Fernando durante la operación de autopsia, e indicó que tras comparar la marca en esa parte del cuerpo con el calzado de los imputados, arribó a esa conclusión, aunque sugería «una prueba más profunda» para «corroborar si había correspondencia de diseño».

Esta testigo sostuvo que el joven asesinado presentaba otra impronta de menores dimensiones en la parte izquierda del cuello, sin poder determinar si correspondía al mismo golpe y calzado.
A continuación, declaró Haydeé Almirón, jefa del Laboratorio Científico de la Policía Federal en Mar del Plata, quien confirmó que de acuerdo con una pericia comparativa scopométrica realizada a fines de mayo de 2020, se determinó que «la plantilla que pertenece al ciudadano Máximo Thomsen se corresponde a la huella en el maxilar inferior izquierdo».

Ante una pregunta en ese sentido del defensor de los imputados, Hugo Tomei, Almirón dijo que «no hay posibilidad de error» respecto de esa cuestión, y luego agregó que «la secuencia de zigzag» que presentaba la impronta en el rostro «no era posible que fuera de otra zapatilla».

De acuerdo al informe que repasó la testigo, «se determinó correspondencia en cuanto a las características de clase entre la impresión del rastro visible en el maxilar inferior izquierdo de la víctima con la impresión tomada de la suela de la zapatilla derecha marca Cyclone, específicamente área interna del talón».

Precisó en ese sentido que ese resultado fue obtenido a partir de la superposición de la imagen de la lesión con la de la suela del calzado, a través de un dispositivo Video Espectro Comparador.

Fuente
Télam
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