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Se entregó, creyendo que había asesinado: “Me vine a entregar, maté a mi exseñora”

Abel Celso Ibarra (48), alias “El Chavo”, está imputado por “homicidio agravado por el vínculo". El fiscal sostuvo que se evidencia “peligro de entorpecimiento y de fuga”, pero además se basó en un informe que concluye que la víctima padeció violencia de género “de extrema envergadura” y que hay un “altísimo riesgo para la mujer”.

Un fiscal de Tigre solicitó este jueves la prisión preventiva para un hombre que hace dos semanas se entregó en el destacamento policial del barrio Los Troncos del partido bonaerense de Tigre creyendo que había asesinado a su expareja clavándole un cuchillo en el cuello, pero la dejó con vida, en un caso de violencia de género extremo en el que la víctima describió a su atacante como “un perro rabioso” que mientras la apuñalaba le decía: “Vos vas a ser mía”.

Fuentes judiciales informaron que el pedido de prisión preventiva -al que accedió Télam- fue formulado por el fiscal Pablo Menteguiaga y la instructora judicial Ana Ruiz, ambos de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Violencia de Género de Tigre, para el imputado Abel Celso Ibarra (48), alias “El Chavo”.

La fiscalía le imputa a Ibarra el delito de “homicidio agravado por el vínculo y por haber sido cometido mediando violencia de género, en grado de tentativa”, contra su ex pareja -una mujer de 37 años cuya identidad será resguardada-, en un hecho ocurrido la noche del 23 de junio pasado, en una vivienda ubicada en la calle Caseros al 500 de Los Troncos, partido de Tigre.

“Soy Celso Ibarra, me vine a entregar, maté a mi exseñora. Agarré un cuchillo Tramontina, lo envolví con cinta y se lo clavé en el cuello”

La causa se inició esa noche cuando el propio imputado se presentó con una mano ensangrentada en el destacamento policial Los Troncos del Talar, ubicado a solo 300 metros de la casa donde había sucedido el hecho, y dijo: “Soy Celso Ibarra, me vine a entregar, maté a mi exseñora. Agarré un cuchillo Tramontina, lo envolví con cinta y se lo clavé en el cuello”.

La Policía concurrió a la casa de la calle Caseros y allí encontró a la víctima cubierta con una manta y con múltiples heridas de arma blanca en el cuello, el abdomen, la espalda, en una mano y también algunos cortes y golpes en la cabeza, quien de inmediato fue trasladada al hospital de General Pacheco.

La hija mayor de la víctima, de 21 años y que no es hija del imputado, les contó a los policías y luego a los fiscales que su madre había sido atacada a puñaladas por Ibarra y que ella y su primo había logrado sacárselo de encima y poner en fuga al agresor.

«Agarré un cuchillo Tramontina, lo envolví con cinta y se lo clavé en el cuello”, dijo Ibarra.

Ibarra quedó detenido en el destacamento, y a 100 metros de la vivienda del ataque, la Policía encontró tirados tres cuchillos de mesa tipo tramontina con mango plástico que fueron reconocidos por testigos como los que el atacante empleó y descartó en su fuga, uno de ellos, de color violenta, con manchas de sangre.

La propia víctima -que tras pasar unos días hospitalizada ya se encuentra fuera de peligro y fue dada de alta- contó luego en su declaración ante los fiscales que aquella noche el ataque se produjo cuando, como venía haciendo hace algunos días, Ibarra fue a pedirle retomar la relación, aunque ella ya le había dicho que era imposible porque le había pegado y que además ya estaba saliendo con otro hombre.

“Yo ya tengo otra pareja, estoy bien, vos me pegaste, no vengas más”, le dijo la mujer, según conta en la declaración -a la que accedió Télam-, y cuando se dio vuelta, su ex le dijo «no te vas a deshacer de mí”, y comenzó a apuñalarla por la espalda

“Sentí una cosa punzante que me clavan en la espalda y caí al piso. Él se me abalanzó y me comenzó a dar golpes como enceguecido. Empezó a apuñalar y pegar, parecía que no iba a frenar hasta matarme”, describió la víctima.

“Sentí una cosa punzante que me clavan en la espalda y caí al piso. Él se me abalanzó y me comenzó a dar golpes como enceguecido. Empezó a apuñalar y pegar, parecía que no iba a frenar hasta matarme”

En otro tramo de su relato, al describir a su atacante, dijo frases como: “Me miraba con los ojos con una expresión de un loco”, “él estaba como un perro rabioso, era como una bestia”, y además, recordó que mientras la apuñalaba Ibarra le decía “vos vas a ser mía”.

Además, comentó que en un momento del ataque ella quedó semidesvanecida, y que cuando vio que Ibarra se dirigía con cuchillos hacia donde estaban sus hijas, pensó que también iba a matarlos, por lo que se levantó y su ex volvió arremeter contra ella, hasta que luego su sobrino y su hija mayor lograron sacárselo de encima y sacarlo a la calle.

Al referir la historia de la relación, la mujer contó que había estado en pareja con “El Chavo” un año, que todo comenzó cuando el imputado le hablaba cada vez que ella iba a dejar al colegio a una de sus hijas, y que ya al mes de salir comenzó a sentirse incómoda porque “estaba encima” de ella “todo el tiempo”.

Dijo que luego advirtió que Ibarra era violento con su madre y recordó que la primera vez que la golpeó a ella le sacó dos dientes de una trompada cuando le reprochó que se juntaba en la esquina con algunas personas que se drogaban.

Explicó que en aquella oportunidad quiso denunciarlo en la comisaria de Los Troncos, hasta donde él la había seguido, y como tardaron en atenderla, se fue y luego lo perdonó porque le prometió que iba a cambiar.

La víctima narró que en un par de oportunidades más Ibarra le pegó “cachetadas”, pero que decidió dejarlo hace un mes al presenciar otra situación violenta en la que él corrió a su madre con un cuchillo y que, a partir de ahí, su ex iba seguido a su casa a pedirle que volvieran pero ella ya le había comunicado que salía con otro hombre y eso lo enojó al punto de que le dijo: “Vos sos mía, no vas a ser de nadie”.

Al ser indagado, “El Chavo” Ibarra le dijo al fiscal: “Yo no la quise matar, yo estaba re mal, ni yo me entiendo”, pero cuando Menteguiaga le preguntó por qué llevaba un cuchillo en su campera cuando fue a la casa de la víctima, no pudo responder y aconsejado por su defensora se negó a continuar la declaración.

Al fundamentar el pedido, el fiscal sostiene que en este caso se evidencia “peligro de entorpecimiento y de fuga por parte de Ibarra, a partir de las características del hecho”, pero además tomó en cuenta el informe del Centro de Atención a la Víctima que concluye que la víctima padeció en la relación una situación de violencia de género “de extrema envergadura” y que hay un “altísimo riesgo para la víctima en caso de continuar en contacto con el imputado”.

Fuente
Télam
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