Premios Gardel: Una historia en la que manda el rock
La historia de los Premios Gardel tuvo su estreno en 1999, cuando Sandro alzó por primera vez el Gardel de Oro que inauguraba una sucesión de ceremonias que ya se convirtieron en un clásico de la agenda anual de la industria musical argentina.
A partir de entonces, la categoría que reconoce al «mejor» disco del año, con todos los reparos que semejante definición implica, estuvo orientada mayoritariamente hacia los artistas del rock local.
No obstante, vale la pena señalar que quien ostenta la mayor cantidad gardelitos dorados -tres- en su casa es Abel Pintos, quien transita por ese sendero que de varias décadas a esta parte se fue delineando entre el folclore y el pop.
Pero si hay alguien que puso en alto la bandera del folclore en el mundo de los Gardel, esa fue Mercedes Sosa, quien se quedó con el reconocimiento en el amanecer del nuevo siglo, en la edición del año 2000, y a quien le sucedería León Gieco, otro buceador de la música de raíz argentina, pero en su caso en estrecho contacto con el rock.
Charly, el mismo Charly que hoy aspira una vez más a quedarse con el máximo galardón, monopolizó la atención en los Premios Gardel 2002 y 2003, y la cronología ubicó luego a Babasónicos (2004), Bersuit Vergarabat (2005) y Andrés Calamaro (2006), quien repetiría en 2008.
Los otros dos músicos que obtuvieron dos Premios Gardel fueron Gustavo Cerati (2007 y 2010) y Luis Alberto Spinetta (2009 y 2016, con su álbum póstumo Los Amigo), en tanto Divididos (2011), Escalandrum (2012) y Axel (2015), completan la lista de ganadores, con un Gardel de Oro.
Hoy, muy cerca de la medianoche, se sabrá si García es Gardel por tres, si Axel accede a su segundo gardelito o si Luciano Pereyra se suma a la lista de los elegidos. (Clarín)