Salud

Jefas y jefes médicos del Hospital Posadas contra el desguace de la salud publica

En un video colectivo, realizado con la voz del reconocido locutor Lalo Mir, profesionales del Hospital Posadas denuncian el vaciamiento, la campaña oficial contra el personal y plantan bandera por la salud pública.

Con locución del reconocido Lalo Mir, médicas y médicos del Hospital Posadas que conducen todos sus equipos de profesionales levantan la voz y dan un mensaje que invita a redoblar la lucha al resto de sus colegas y a todo el personal de esta institución central del sistema de salud estatal.

El texto completo, esta carta abierta lapidaria, se transcribe a continuación.

“Nosotros, jefes de sección, servicio y departamento del Hospital Nacional Profesor Alejandro Posada, con décadas de trayectoria en la institución, decimos que en el Hospital se rescindieron contratos en forma unilateral, sin preaviso ni posibilidad de descargo, de alrededor de cincuenta profesionales, lo que reciente nuestro normal funcionamiento.

El nosocomio cuenta con aproximadamente 1.400 profesionales, de los cuales 280 son de planta permanente y el resto son contratos transitorios desde 1993. El Estado, como empleados, sostiene la precarización laboral.

La causa esgrimida en las cartas documentos es «conforme surge del planeamiento y análisis dotacional para esta repartición». Mientras, verbalmente, las autoridades alegan «incumplimiento horario» e «inasistencias reiteradas».

Solicitamos acceso a la planilla de cumplimiento horario resultante del control biométrico y no obtuvimos respuesta.

La comunicación con nuestros superiores se cortó desde la renuncia del director de Asistencia Médica, que aun no ha sido reemplazado.

Ninguna autoridad médica nos ha concedido una entrevista.

El secretario de Salud, doctor Adolfo Rubinstein, incurre en inexactitudes y falacias, tal vez por desinformación o información sesgada o parcial.
Existe un clima se zozobra, incertidumbre, angustia y desasosiego generado por atmósfera de persecución, maltrato, presión psicológica, subestimación y amedrentamiento ejercido por la dirección ejecutiva.

No podemos hacer declaraciones a la prensa sin permiso de la dirección.

Pretender ordenar situaciones preexistentes sin nuestra participación y colaboración es arriesgarse a cometer injusticias, atropellos y daños al normal funcionamiento hospitalario, ya que conocemos la problemáticas cotidianas y las debilidades y fortalezas institucionales.

Disciplinar por el temor, perseguir por la opinión, reducir personal por decenas y desprestigiar a los que quedan, sembrando en la opinión pública la idea de que con sus impuestos mantienen vagos y privilegiados es generar un ambiente hostil que repercute en los miles de pacientes que, a diario, vienen de todo el país y de países vecinos buscando solución a problemáticas complejas.

Ofrecemos nuestra voluntad de diálogo para revertir situaciones injustas y así poder proseguir con lo que debe y tiene que ocupar nuestra dedicación y tiempo: la atención de nuestros pacientes, mayoritariamente carecientes y sin otra cobertura que el sistema público de salud.”

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