Salud

El virus oropouche en América Latina: una amenaza en expansión sin vacuna disponible

El virus oropouche, similar al dengue, se expande en América Latina sin vacuna ni tratamiento específico. Con síntomas que pueden confundirse y la presencia de su vector en Argentina, las autoridades refuerzan la vigilancia epidemiológica para evitar brotes.

El virus oropouche, una infección con síntomas parecidos al dengue, ha generado una creciente preocupación en América Latina. La Organización Panamericana de la Salud advierte que el riesgo de transmisión en la región es elevado, lo que subraya la importancia de la vigilancia sanitaria.

Un virus en expansión

Pese a su baja notoriedad, el virus oropouche ha comenzado a ser una preocupación significativa para las autoridades sanitarias de América Latina. Sin una vacuna ni un tratamiento específico disponible, este virus, transmitido por la picadura del mosquito culicoides paraensis, ha mostrado un incremento notable de casos y ha causado las primeras muertes confirmadas en la región.

Originario de la Amazonía brasileña, el oropouche ha logrado extenderse rápidamente a otros países de la región, como Perú, Colombia, Ecuador, y más recientemente, Argentina. Afecta tanto a humanos como a primates y otros animales, y presenta síntomas que pueden confundirse fácilmente con los de la gripe o el dengue, lo que complica su diagnóstico sin pruebas específicas.

Este año, se registraron las primeras muertes asociadas al virus oropouche, incluyendo “casos de transmisión vertical que resultaron en muertes fetales y microcefalia en recién nacidos”, según informó la agencia sanitaria con sede en Washington DC, Estados Unidos.

Modos de transmisión

El virus oropouche se transmite principalmente a través de la picadura de ciertos insectos. Después de picar a un huésped infectado, el insecto puede transmitir el virus a una persona susceptible. Aunque no se transmite de persona a persona, hay indicios de que podría ser transmitido de madre a hijo durante el embarazo.

El virus sigue dos ciclos de transmisión. El primero es un ciclo silvestre, en el cual los reservorios son vertebrados como primates, perezosos y roedores, y los vectores son mosquitos como el Culex quinquefasciatus, Aedes serratus, y el jején Culicoides paraensis, este último siendo el principal vector.

El segundo ciclo es epidémico urbano, donde la infección se mantiene entre los humanos y el jején Culicoides paraensis.

Síntomas de la fiebre oropouche

Los síntomas más comunes incluyen fiebre repentina, dolor de cabeza, dolor en las articulaciones, náuseas y vómitos. En la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen en pocos días, pero pueden volver a presentarse semanas después, complicando el tratamiento y control de la enfermedad.

El problema no se limita a los síntomas agudos; en algunos casos, el virus ha provocado complicaciones graves, como encefalitis y meningitis, inflamaciones que afectan las membranas del cerebro y la médula espinal.

Tratamiento y prevención

Actualmente, no existe un tratamiento específico para el virus del oropouche. Los médicos recomiendan reposo, tratamiento sintomático y, en algunos casos, el uso de medicamentos para aliviar la fiebre y el dolor. Sin embargo, la prevención sigue siendo la mejor defensa.

Las autoridades sanitarias instan a la población a tomar precauciones para evitar las picaduras de mosquitos, como el uso de repelentes, la instalación de mallas en puertas y ventanas, y el uso de ropa que cubra la mayor parte del cuerpo. Además, en zonas donde se ha detectado el virus, se aconseja drenar cualquier acumulación de agua estancada, que es donde los mosquitos suelen reproducirse.

Situación en Argentina

Aunque en Argentina aún no se han confirmado casos de circulación del virus oropouche, la presencia de su principal vector en varias provincias ha llevado a las autoridades a reforzar la vigilancia epidemiológica. Las provincias del NEA y NOA, junto con Córdoba y Mendoza, están en alerta debido a la cercanía con países como Brasil y Bolivia, donde el virus ya ha hecho acto de presencia.

En respuesta, el gobierno implementó un sistema de vigilancia que incluye el análisis de muestras sospechosas mediante métodos moleculares, priorizando las provincias con mayor riesgo. Aunque no se ha detectado circulación viral en el país, las autoridades continúan monitoreando la situación de cerca.

El avance de la deforestación y el cambio climático están facilitando la expansión de los vectores, lo que aumenta el riesgo de brotes en áreas urbanas. Esto requiere una respuesta rápida y coordinada para evitar que el virus oropouche se convierta en una crisis de salud pública de gran magnitud.

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