De un garabato infantil a un ícono vial: la historia del muñeco del ACA
Descubrí cómo un simple dibujo infantil se convirtió en el emblemático muñeco del Automóvil Club Argentino. Conoce la historia detrás de este símbolo icónico de las rutas argentinas y su importancia en la identidad nacional.
¿Quién no ha visto alguna vez, al costado de una ruta argentina, esa figura característica que nos indica la cercanía de una estación de servicio del Automóvil Club Argentino (ACA)? Detrás de ese simpático muñeco, hay una historia tan curiosa como interesante, que nos remonta a la década de 1930 y a la imaginación de una niña.
En una época en la que el ACA buscaba consolidar su identidad visual y expandir su red de estaciones de servicio por todo el país, surgió la necesidad de un símbolo que representara a la institución de manera clara y memorable. Fue así como un concurso de diseño dio origen al icónico muñeco que hoy conocemos.
La inspiración llegó de la mano de un dibujo infantil. Antonio U. Vilar, uno de los participantes del concurso, encontró la chispa creativa en un garabato de su hija. Ese sencillo dibujo, lleno de inocencia y espontaneidad, se transformó en la base del diseño que finalmente sería elegido.
El muñeco del ACA, con su silueta estilizada y sus brazos extendidos, representa a un agente de tránsito señalando el camino. Pero más allá de su función práctica, este personaje se convirtió en un verdadero símbolo de la identidad nacional, asociado a los viajes por carretera y a la seguridad vial.
¿Por qué este diseño resultó ganador? Su simplicidad y funcionalidad fueron claves. El muñeco era fácil de reconocer y de reproducir, y podía adaptarse a diferentes contextos. Además, su diseño permitía incorporar información relevante, como la distancia a la próxima estación de servicio o las indicaciones de las rutas.
A lo largo de los años, el muñeco del ACA se ha convertido en un referente cultural y ha trascendido las fronteras de la institución. Hoy en día, es un ícono reconocible para todos los argentinos, que evoca recuerdos de viajes en familia, aventuras en ruta y la sensación de estar cerca de casa.
La historia del muñeco del ACA es un ejemplo de cómo una idea simple y creativa puede convertirse en un símbolo perdurable en el tiempo. Y es un recordatorio de que la inspiración puede surgir de las fuentes más inesperadas, incluso de un dibujo infantil.
