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Caso Maldonado: tres gendarmes declararon en Esquel y ahora apareció la teoría del «piedrazo»

A 42 días de la desaparición de Santiago Maldonado, el Juzgado Federal de Esquel informó que las muestras genéticas de los vehículos y del escuadrón de El Bolsón de Gendarmería no son compatibles con el ADN extraído de los padres y hermano del joven artesano. En tanto, tres gendarmes declararon ayer y aseguraron que «escucharon» que uno de sus compañeros había herido de un piedrazo a un manifestante.

El intento de instalar en el nuevo relato del Gobierno nacional sobre la desaparición de Santiago Maldonado, quien fue visto por última vez el 1 de agosto en un operativo de represión que ejecutó Gendarmería Nacional en una comunidad mapuche de Cushamen, continúa su marcha pero dejando aristas en su camino.
Es que ayer el juez federal de Esquel, Guido Otranto, informó que las muestras genéticas tomadas de los vehículos de la Gendarmería y del escuadrón de El Bolsón no son compatibles con el ADN extraído de los padres y hermano de Santiago, y la noticia fue utilizada por la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich para, una vez más, poner en duda que la causa se trate de una desaparición forzada.
“No quiero hacer una lectura, dio negativo. Es muy importante, despeja muy fuertemente lo que ha sido acusado el Gobierno de una desaparición forzada y nos abre ventanas a otras hipótesis que siempre hemos planteado”, dijo la funcionaria nacional, quien en su visita al Senado había dicho que el joven artesano no se encuentra desaparecido y que no “iban a tirar a ningún gendarme por la ventana”, pese a que sus compañeros de gabinete ya expusieron a siete miembros de esa fuerza y los medios metropolitanos señalan a Emmanuel Echazú como el principal sospechoso, ya que habría sido el último en ver con vida al artesano que residía en El Bolsón y que expresaba su solidaridad con la causa mapuche a la hora de reclamar la tierra de sus ancestros que hoy están en poder de grupos poderosos como Benetton y Joe Lewis.
NADA SORPRESIVO
Sin embargo la celebración de Bullrich por este resultado negativo de ADN se vio disminuida por las declaraciones del defensor oficial de Esquel, Fernando Machado, quien ya había advertido que las camionetas y camiones que la Gendarmería utilizó en la represión a los mapuches habían sido lavados previamente. Tuvieron tiempo de hacerlo entre el martes 1 de agosto y el día en que el juez Otranto ordenó las pericias.
Se debe recordar que la semana pasada el testigo Matías Santana declaró en sede judicial que vio cuando un grupo de gendarmes golpeaba y cargaba en una camioneta a Maldonado, al que reconoció por la campera celeste que llevaba ya que él se la había prestado esa mañana.
El hermano de Santiago, Sergio, también sostuvo que la noticia no lo sorprendió porque “sería muy bruto y muy impune agarrar y seguir con las manchas ahí”.
Lo cierto es que el informe oficial establece que se descarta que exista compatibilidad con las muestras de referencia en los perfiles genéticos obtenidos de 23 muestras encontradas en los vehículos de Gendarmería Nacional Argentina.
También se descartó la compatibilidad de las muestras tomadas en un cuello que presuntamente habría utilizado Santiago, de los cabellos encontrados en los vehículos y de un collar hallado cerca del río Chubut en uno de los rastrillajes. Aún quedan pendiente de estudio dos muestras más, una de ellas tomada de un camión Unimog.
UNA NUEVA «HIPOTESIS»
En el marco del nuevo relato oficial, tres gendarmes declararon ayer en los tribunales federales de Esquel bajo la condición de testigos porque aún no hay imputados. Los primeros dos fueron Walter Ruiz Díaz y César Peralta, cocineros del Escuadrón 35 de El Bolsón que no participaron del operativo de represión, liderado por el comandante Juan Pablo Escola, con el objetivo de despejar el corte en la ruta 40 que llevaban a cabo una decena de mapuches.
Los gendarmes declararon que escucharon que un compañero (aunque no aclararon de quién hablaban) relató haber golpeado a un manifestante con una piedra. Según esta versión, la persona logró cruzar del otro lado del río Chubut hasta una zona conocida como «Territorio Sagrado».
Otro de los miembros de la fuerza nacional que brindó testimonio fue Juan Carlos Pelozo. El agente participó del operativo en Cushamen junto a otros 30 efectivos. En su relato, Pelozo recordó que llegó hasta el río Chubut y que desde allí observó a los manifestantes al otro lado del afluente.
Pelozo también le pidió protección a Otranto ya que aseguró que su esposa y sus hijos sufren persecución en la escuela de El Bolsón.
Las agentes llegaron a las 10 vestidos de civil e ingresaron por la puerta lateral del edificio judicial y su declaración se extendió durante más de tres horas, pero debido a la importante cantidad de manifestantes que había afuera del lugar, debieron posponer su salida por dos horas más.
En un operativo de distracción de la Policía Federal, finalmente dejaron el tribunal camuflados -se sospecha que vestidos como policías- y a toda velocidad.
El resultado negativo de las muestras de ADN y estas declaraciones le permiten al Gobierno nacional buscar nuevas estrategias para lograr alejarse de la figura de desaparición forzada, que implica el actuar de toda la fuerza, y sembrar el hipotético homicidio culposo bajo la jerga policial del “se le fue la mano”.
Además, ayer rechazaron la solicitud de la ONU de crear una comisión especial para responder “dónde está Santiago Maldonado”.

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